La famosa crisis se gesta desde marzo del 2020, cuando la economía mundial se frenó con el inicio de la pandemia, generando graves complicaciones, entre ellas la falta de movimiento de contenedores debido al bloqueo y restricciones en puertos, recortes de personal, reducción de barcos y el cierre de agencias logísticas.
Esto, aunado al extraordinario incremento de las actividades comerciales de China debido a la alta demanda de artículos vía e-commerce, la crisis se volvió incontrolable, y chocó de frente con la inmovilidad de contenedores vacíos, elevando así los precios de fletes.
De acuerdo con la Federación Internacional de Asociaciones de Agentes de Carga, la escasez ha provocado que el costo por el uso de contenedores de 40 pies de China a Latinoamérica, por ejemplo, se haya incrementado hasta en un 400%, y de acuerdo con las proyecciones, este súbito aumento no disminuirá en lo que resta del año.
En la actualidad y tras meses de crisis a nivel mundial, muchas empresas están tratando de hacer más eficiente su estrategia logística, manejando esquemas de consolidación de mercancía, es decir, generando puntos de concentración de bienes para no dejar vacíos en los contenedores, reduciendo así el nivel de necesidades logísticas y simplificando el traslado, ocasionando aún retrasos con pérdidas millonarias, por lo que otras empresas han optado por invertir en nuevas localizaciones cerca del consumidor final y mejorando significativamente su capacidad de respuesta.
Es entonces cuando un país como México puede aprovechar esta ventana de oportunidad ofreciendo a diversos mercados, como el de Estados Unidos, producción, proveedurías y movilización regional, que sin duda minimizaría el impacto de la crisis logística actual y su dependencia de los productos asiáticos.
Justo en este punto es en donde se destaca la capacidad y atributos del sector manufacturero mexicano, y donde el sector inmobiliario industrial ha ganado con el incremento de un mayor número de empresas interesadas en nuestro país.
La visión que hoy tienen muchas empresas, tras sobrevivir varios meses a la crisis logística es la de diversificar su proveeduría, así como la geolocalización de sus centros de manufactura, lo que se ha convertido en un área de oportunidad para México, principalmente para empresas asiáticas que están buscando instalarse en nuestro país tomando en cuenta la cercanía con uno de sus mercados más grandes, Estados Unidos.