Eso los obligó a elevar el nivel de su contenido, productos y comunidad a una nueva escala de negocios en la que solo han podido sobresalir quienes tenían una visión más emprendedora, y quienes años atrás habían entendido que lo que inició como un hobby se debía convertir en un negocio 360.
Hoy, estos creadores son llamados influpreneurs (la unión de las palabras influencer de social media y emprendedor). A nivel global los influpreneurs más destacados son Charli D’Amelio, Chiara Ferragni, Gary Vee, Huda Kattan, James Charles, entre otros. Dentro del mundo latino se destacan Calle y Poché, Luisito Comunica, Plática Polinesia, Sascha Fitness e Issa Vasquez, por nombrar algunos.
Su secreto para formar marcas sólidas viene de la construcción que va mucho más allá del influencer marketing, una industria que este año alcanza un valor de más de 15,000 mdd a nivel global, en la que monetizan su influencia con otras marcas y a pesar de que ha sido un pilar fuerte de monetización, no se han quedado allí.
Estos influencers se han preocupado por desarrollar su talento y se han mostrado en otras esferas como creadores de contenido, explorando otros formatos como podcasts; llevando su talento a otras plataformas de streaming con formatos como series, películas, non-scripted, entre otros. Pero lo más importante es que han desarrollado productos y servicios hechos a la medida de las necesidades de su comunidad, lo que les ha dado una ventaja competitiva sobre cualquier marca que lidere bajo cualquier categoría, ya sea belleza, moda, viajes, negocios u otras.
Este desarrollo de productos y servicios les ha permitido crear sus propios emprendimientos que han alcanzado el éxito en facturación y han entrado a competir con marcas muy reconocidas de las diferentes industrias. El valor diferencial lo han obtenido por la estrecha relación con su comunidad, lo cual les permite generar productos atendiendo sus necesidades o afinidades.
A diferencia de las grandes marcas, que para sacar un nuevo producto deben organizar focus groups, un estudio que por lo general tiende a ser de grupos muy limitados, representativos de un grupo de edad o género que arrojan ciertos resultados que terminan siendo muy generales. Los creadores lo pueden hacer directamente con su comunidad, preguntando en tiempo real, y que por lo general son grupos más grandes y más participativos, permitiéndoles darse cuenta de cualquier cambio de pensamiento o cualquier cambio de tendencia que se pueda tener.