Con esos elementos permitieron abrir el análisis en dos vertientes principales, por un lado, cómo impulsar la inclusión financiera desde la perspectiva de la agenda sustentable y cómo lograr que todas las instituciones financieras se sumen de forma decidida.
Si bien cuando hablamos de inclusión en la banca nos lleva de inmediato a reflexionar sobre educación financiera, pero en esta ocasión, unido a la sustentabilidad incluye temas todavía más profundos como la diversidad, equidad y la misma inclusión. Por ejemplo: la perspectiva de género, la respuesta de la banca a las necesidades de distintos colectivos como LGBTQ+, el uso racional de los recursos naturales, por mencionar algunos.
Además de considerar desde el punto de vista de garantizar el respeto a la dignidad humana que conlleva hablar de inclusión, no podemos soslayar los impactos de las operaciones en nuestro entorno desde la óptima de los ESG (Environmental, Social and Corporate Governance por sus siglas en inglés), que busca privilegiar la inversión socialmente responsable.
Durante la convención se firmaron varios documentos como los principios para el empoderamiento de las mujeres, que busca alcanzar un compromiso con la equidad de género con miras a que la mujer tome un papel más preponderante dentro de la banca. Durante años, quien fuera Director General de Banco B×+, Maricarmen Suárez, fue la única en ocupar un cargo tan relevante en el sector, hoy se han sumado más talentos, pero la brecha sigue siendo amplia.
La inclusión debería permitir romper paradigmas hasta en la publicidad de las instituciones con más miras de las nuevas realidades familiares. La educación financiera debe considerar nuevos públicos objetivos e innovadoras formas de transmitir los mensajes. Hacia allá vamos y estamos dando pasos certeros, el objetivo es claro, no se puede dejar a nadie fuera.
La banca también ha realizado acciones importantísimas como el Protocolo de Sustentabilidad de la Banca, impulsado por la Asociación de Bancos de México, al que cada vez se suman más instituciones y dentro de la Convención Bancaria salió otro documento muy interesante, la Declaratoria a favor del desarrollo de las finanzas climáticas, verdes y sostenibles en la Banca Mexicana.
Todas estas iniciativas son un claro mensaje de seguir impulsando la Agenda 2030 de la ONU en el sector financiero, pero también en México, ya que aquí se busca la banca continúe con su misión de materializar los sueños de las personas en un contexto que conserve el medioambiente, que garantice lo que en su momento llamé, el desarrollo económico sustentable en el que todos nos podamos sentir parte, que encuentre el balance entre el crecimiento económico y el aprovechamiento de los recursos naturales.