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A grandes males, grandes… acciones colectivas

Si algo debiera pervivir del mundo empresarial en las próximas décadas, tal vez sea la actitud permanente para innovar ante los grandes desafíos.
mar 12 septiembre 2023 06:10 AM
A grandes males, grandes... acciones colectivas
Hay cada vez más empresas que están adoptando un enfoque más consciente para transitar hacia una nueva forma de economía, que sea más inclusiva, equitativa y regenerativa para las personas y para el planeta, señala Javier Herrero.

(Expansión) - “Es demasiado tarde para ser pesimistas…”, la voz de Salma Hayek resuena en mi cabeza con estas palabras. Llegaron ahí en 2009, disfrutando el documental “Home”, del fotógrafo francés Yann Arthus Bertrand. En 94 minutos, “Home” revelaba la belleza de nuestra casa, la Tierra, y desde el cielo ponía imágenes a nuestro desafío como especie. Salma era la voz en español.

Han pasado 14 años. Termina el verano boreal y en el hemisferio norte huele a ceniza, desde Maui a Grecia. Y en el Mediterráneo (y tantos lugares más), las barcazas de migrantes nos recuerdan cada día que los desafíos sociales y ambientales no nos han vuelto más optimistas. Las señales aceleradas de la crisis climática caen con la misma rapidez que los mensajes en nuestro WhatsApp. ¿Es demasiado tarde…?

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Son días que nos recuerdan la “tragedia de los comunes”. Esta teoría, publicada en 1968 por Garret Hardin en la revista Science, describe lo que acaece cuando un recurso natural común que es utilizado por varios individuos de forma racional y en su propio interés, acaba siendo destruido por cada uno de los individuos, al tratar de extraerle el máximo partido…hasta que la degradación es inevitable. Es demasiado similar a lo que sucede con nuestros mares, bosques, ríos, comunidades… con nuestro planeta. Y se nos van los años, las vidas, y la tragedia de los bienes comunes parece tomar forma.

Pero no es momento de bajar los brazos. Elinor Ostrom, la primera mujer -y la única hasta ahora- en recibir el premio Nobel de Economía (en el año 2009), fue reconocida por la Academia sueca por superar esta tragedia de los comunes y también la dicotomía “público-privado”. Ostrom demostró que existían muchas comunidades que utilizaban los recursos naturales de forma conjunta.

Eran comunidades que con el tiempo habían establecido reglas de cómo cuidar y utilizar estos recursos de una manera económica y ecológicamente sostenible. Y aunque esto no suele ser noticia en cualquier red social, es REAL. Elinor Ostrom no fue la primera en hablar de Acción Colectiva, pero su extraordinario trabajo es una guía para reactivar la esperanza e inspirarnos de cara a los desafíos ambientales y sociales que las empresas están afrontando. Es un CÓMO.

En sus investigaciones emergen conceptos que pueden guiar a las empresas en estos tiempos. Hablamos de confianza, reciprocidad o redes de participación organizadas, informadas y comprometidas con los desafíos que vivimos. Son ideas compartidas con las propuestas que promueve Paul Polman, CEO de Unilever durante 10 años y uno de los principales y más influyentes líderes empresariales de las últimas décadas.

Polman, en su más reciente libro elaborado con Andrew Winston, “Net Positive”, habla a los líderes empresariales, del sentido del propósito, de la importancia de cultivar la empatía para ser compasivos, humildes…humanos, así como del valor y la capacidad para inspirar que han de mostrar los liderazgos frente a estos desafíos.

Y estos grandes problemas requieren también la búsqueda de asociaciones que van más allá del interior de la empresa: asociarnos con nuestra cadena de valor, con ONGs, con otras empresas de la competencia, con gobiernos.

Sí: a grandes males, grandes Acciones Colectivas. Entendida esta acción colectiva como la colaboración con públicos de interés de la empresa e incluso con quienes se compite y no se suele colaborar (empresas, sociedad civil, gobierno, academia) por un propósito superior de impacto social y ambiental, frente a problemas compartidos.

Hay cada vez más empresas que están adoptando un enfoque más consciente para transitar hacia una nueva forma de economía, que sea más inclusiva, equitativa y regenerativa para las personas y para el planeta. Las Empresas B (B Corp) son un ejemplo real de esta búsqueda. Son organizaciones que se autorregulan en su impacto social y ambiental, y que adoptan un compromiso de mejora permanente para cumplir altos estándares de desempeño social y ambiental. Muchas de ellas se vinculan con otras para explorar la forma de “mover la aguja” en los retos más importantes de nuestro tiempo.

A finales del mes de octubre de este año, las Empresas B de LATAM se reunirán en Monterrey para seguir explorando cómo acelerar muchas más acciones colectivas, junto a la comunidad empresarial de Nuevo León y aliados del ámbito académico y liderazgos como el del Centro de Empresas Conscientes, el Centro Eugenio Garza Sada o la Red SumaRSE, entre otros. En otro ejemplo de la poderosa sinergia que nace del compromiso compartido, Expansión y el Movimiento de Empresas B se han unido en un hito relevante: la creación de la edición 2023 del ránking Empresas Responsables.

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Esta cooperación se alza como un testimonio vivo de la colaboración para acelerar la acción colectiva. Somos dos entidades que unimos fuerzas con un propósito común: forjar un mundo empresarial más consciente, responsable y transformador. En este escenario, la unión de intereses se convierte en una fuerza imparable para inspirar a otras compañías a unirse a este llamado y formar parte activa de un cambio que no puede esperar en la esfera empresarial, para el futuro que está por construir.

La tristeza, la frustración o el dolor no son sentimientos prohibidos. Son compañeros de viaje de la humanidad desde tiempos inmemoriales y seguirán siéndolo. Pero si algo debiera pervivir del mundo empresarial en las próximas décadas, tal vez sea la actitud permanente para innovar ante los grandes desafíos.

La creación de acciones colectivas para impactar en estos desafíos puede ser ya el nuevo reto que nos descubra a los nuevos líderes empresariales que necesitamos en estos tiempos. Porque, sí, ya es demasiado tarde para ser pesimistas.

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Nota del editor: Javier Herrero es director ejecutivo de Sistema B México . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión.

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