Hoy, el sector es la industria de entretenimiento más grande del planeta, con ventas en 2019 por más de 152,000 millones de dólares, explica Jeremy Jackson analista de la firma de consultoría NewZoo, especializada en estos temas. De acuerdo con Jackson, el valor en el país ya dejó de ser menor. “México es, actualmente, el mayor mercado de juegos de América Latina, con ventas por 1,800 millones dólares en 2019, y alberga a 63.1 millones de entusiastas de los juegos”.
El analista asegura que los juegos móviles (esos que nos entretienen en nuestros teléfonos inteligentes), y no las consolas, serán el segmento de mayor crecimiento en la región en los años por venir. Jackson agrega que el potencial de crecimiento de ingresos y de jugadores en México se incrementa “a medida que la infraestructura tecnológica mejora en la región, junto al aumento de los teléfonos inteligentes”.
No obstante, esa gran oportunidad de negocio para México tiene un enorme problema: el país consume y juega, pero más de 80% de esos miles de millones de ingresos que hoy genera el sector no se quedarán aquí.
“En México, el consumo de videojuegos no va ni de cerca con las ventas”, dice Luis San Martín, socio de empresas de distribución de videojuegos en México.
Como veterano del sector, San Martín ha vivido de cerca la disrupción que internet y la tecnología causaron en la industria musical y en la del video. “En el sector de la música, el cambio a digital tomó 15 años; para el video en DVD fueron dos o tres años; y a la industria de videojuegos, por diferencias tecnológicas, le tomó más tiempo entrar a la transición, pero ya cambió”.
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La venta física y la distribución de videojuegos corren riesgo, y suponen la mayor cantidad de ingresos y empleos generados por la industria. Se ven amenazadas por el crecimiento de las ventas de juegos en descargas digitales, la proliferación de los juegos móviles y la popularidad de los juegos gratuitos, como Fortnite o PUBG, que logran sus ingresos de la venta de contenidos extra. “Es verdad que todos esos modelos generan muchísimas ventas e ingresos, ya sea por publicidad, descargas digitales o compra de contenidos en juegos, pero ese dinero no se quedará en México, si acaso en forma de impuestos, y será mínimo”, comenta San Martín.