El Buen Fin de este año vivirá una versión donde se conjugarán aún más los canales físicos y los digitales. Ante esto, el negocio virtual debe aprovechar los datos que proporciona el comercio presencial para reducir los fraudes electrónicos e incluso generar un motor de conexión entre ambos puntos.
La omnicanalidad presupone una oportunidad para disminuir los fraudes, explica Erick McKinney, country manager de Adyen México, pues desde el plano físico se valida la identidad del comprador, pero destaca que los negocios deben implementar estrategias a partir de sus procesadores de pago para obtener más datos de los usuarios y establecer un mayor conocimiento de las dinámicas.
A partir del desarrollo de esta vía “existe un mayor control de las posibles situaciones de fraude importantísimo”, refiere McKinney, quien destaca que la preparación ante los fraudes se basa en un trabajo continuo para llegar a consolidar una estrategia que puede ponerse a prueba en momentos de gran volumen, como el Buen Fin.