Pemex solía exportar una pequeña cantidad de este tipo de petróleo antes de esa fecha, cuando su extracción de crudo superaba los 1.85 millones de barriles promedio diario.
“Cuando las refinerías de Pemex trabajan a mayor capacidad, como no están todas reconfiguradas, requieren de más crudo ligero para mejorar sus márgenes y perder menos dinero”, explica Raymundo Sánchez, socio de la consultora A.T. Kearney.
Las exportaciones de crudo Istmo de Pemex se pagaron a un promedio de 60.43 dólares por barril, frente a los 54.55 dólares que recibió por la mezcla del Maya, un crudo pesado con un alto porcentaje de azufre menos atractivo para el mercado.
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Pero Pemex prefirió por meses aprovechar el crudo Istmo para sus refinerías a pesar de tener un mayor valor en el mercado, porque la extracción de crudo ligero ha venido declinando a mayores ritmos que la de pesado, del que además hay una mayor cantidad. Las plantas de la estatal se benefician de tener un crudo más ligero para procesar, porque de esa manera elaboran más gasolinas por cada barril que entra al sistema, y producen menos combustóleo , un residual con cada vez menos valor en el mercado.
A finales de 2018 la administración anterior comprometió la importación de crudo ligero, la primera hecha en años por México, con el fin de mejorar sus márgenes de refinación, aunque el gobierno actual criticó con fuerza este movimiento , y descartó hacerlo en un futuro.
La extracción de petróleo nacional, que incluye a la de Pemex y privados, cayó 7.2% en 2019 frente a 2018 , pero la producción de las mezclas súperligero y ligero bajaron 18.8% y 16.4%, mientras que la mezcla pesada cayó 7.3% y la extrapesada creció 29.4%, según cifras de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). La mezcla pesada aporta el 54.7% de los 1.67 millones de barriles promedio diario de la extracción nacional, mientras que el ligero sólo aporta 21.9%.