Lo más seguro es que los republicanos usen la audiencia para evitarle problemas a Trump, como lo han hecho en otras audiencias encabezadas por los demócratas en las que se pretende destacar el escándalo de Rusia.
Lo más probable es que señalen que Mueller no recomendó presentar una denuncia contra Trump ni contra los miembros de su equipo de campaña por sus reuniones misteriosas con los rusos durante la campaña, mismas que se detallaron en el informe.
Los republicanos llegarán a la audiencia armados con los puntos de discusión de Trump, entre ellos su afirmación de que el equipo de abogados de la fiscalía especial estaba lleno de demócratas que tienen sesgo contra Trump.
"Espero que el testimonio del fiscal especial termine con los trucos políticos que los demócratas de la Comisión Judicial han estado usando a gran costo para los contribuyentes", dijo Doug Collins, diputado por Georgia y el republicano de mayor rango en la Comisión Judicial.
No quedó claro si la Casa Blanca o el Departamento de Justicia pueden hacer algo para coartar el testimonio de Mueller, ya que este no sigue al servicio de dicho departamento.
Pelosi, quien tiene que controlar a una minoría creciente de alrededor de 80 legisladores que quieren seguirle un juicio de destitución a Trump, insinuó que las audiencias exigen que los legisladores honren su juramento y "su deber patriótico de atender a los hechos para poder proteger a nuestra democracia".
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A falta de una audiencia respecto a la procedencia del juicio de destitución, a la que no precisamente seguiría una determinación de culpabilidad en el Senado encabezado por los republicanos, Pelosi espera que los interrogatorios de testigos clave en la saga de Rusia convenzan a los estadounidenses de que Trump no es apto para recibir un segundo mandato.