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Las últimas medidas de Irán muestran su necesidad de negociar

El país asiático ha subido su amenza en el Golfo de Omán, como una forma de presionar a Europa y a Estados Unidos.
sáb 13 julio 2019 09:09 AM
Desestabilizar
El poder de Irán yace en su capacidad de desestabilizar sin hundir barcos.

ABU DHABI (CNN) — El s uperpetrolero British Heritage es propiedad de BP, navega con bandera británica y está alquilado a una empresa anglo-holandesa, así que no sorprende que al parecer, el barco abandonara repentinamente sus planes para el fin de semana mientras navegaba a la vista de Irán.

La furia había estado creciendo en Irán porque unos soldados británicos incautaron uno de sus buques cisterna en la costa de Gibraltar, la semana pasada, así que las fuerzas armadas del país amenazaron con tomar represalias.

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Así que en vez de cargar 140,000 barriles de petróleo en el puerto iraquí de Basra, el viernes, 12 de julio, el British Heritage optó por viajar vacío hacia un puerto seguro en Arabia Saudita, según datos de la plataforma de rastreo Marine Traffic.

El miércoles, 10 de julio, el buque cisterna apagó su señal de identificación por casi 24 horas, tal vez con la intención de perderse entre los muchos barcos que transitan por el golfo Pérsico. Más tarde, la HMS Montrose, una fragata británica tipo 23, llegó a escoltarlo para cruzar a toda prisa el estrecho de Ormuz.

Los instintos del capitán fueron certeros. Según fuentes del Ministerio de Defensa de Reino Unido, la Montrose ahuyentó a tres lanchas armadas iraníes que pretendían obligar al carguero a entrar en aguas iraníes cerca del estrecho de Ormuz.

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La SMS Montrose apuntó sus cañones automáticos de 30 milímetros para respaldar las advertencias verbales a las embarcaciones iraníes.

Los iraníes niegan que el incidente haya ocurrido. Sin embargo, Estados Unidos afirma que filmó toda la escena desde aviones espía, con lo que se cataloga otro incidente que podría haber tenido relevancia mundial.

Dos enfoques diferentes respecto a Irán

El choque de alfanjes en las estrechas aguas que separan a la península arábiga de Irán fue un momento en el que se cruzaron dos enfoques contrapuestos de Occidente respecto a Irán.

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Irán está furioso con Reino Unido por la incautación de su buque cisterna Grace 1, que, según las autoridades de Gibraltar, está detenido porque se sospecha que está violando las sanciones petroleras a Siria.

Según la Policía de Gibraltar, el capitán y el primer oficial del barco quedaron arrestados el jueves, 11 de julio, porque se sospecha que están violando las sanciones de la Unión Europea relacionadas con Siria.

Toda la OTAN y muchos otros países del mundo, con excepción de Rusia, se han escandalizado por el respaldo de Irán al régimen de Bachar al Asad en Siria. Tanto Naciones Unidas como la Unión Europea, así como Israel y Estados Unidos, han condenado repetidamente al gobierno iraní por apoyar a un gobierno asesino en Damasco.

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Sin embargo, Reino Unido, Francia, Alemania, la Unión Europea, China e incluso Rusia (que también respalda a Al Asad) han manifestado su apoyo a Irán porque ha respetado el tratado nuclear al que se llegó en 2015.

Estados Unidos se retiró del pacto en mayo pasado. La administración Trump señaló que era un mal acuerdo y que en ningún caso ponía fin a lo que Occidente —y muchos aliados árabes— consideran una influencia desestabilizadora en la región, ya que Irán tiene milicias subsidiarias en Iraq, Yemen, Líbano y Siria.

Luego de retirarse del tratado nuclear, Estados Unidos impuso duras sanciones comerciales a Irán. Washington amenazó con imponer duras restricciones financieras a toda empresa o entidad que haga negocios con Irán. Estas restricciones han reducido las exportaciones petroleras de Irán en un 80%.

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Los europeos creen que es una idea muy mala. Han estado trabajando para mantener vivo el tratado nuclear y con ese fin crearon Instex, un sistema de comercio con Irán con el que se evaden las sanciones estadounidenses y se da al gobierno iraní un incentivo para respetar el tratado nuclear.

Irán ha violado las restricciones acordadas lenta y cuidadosamente , pero no por mucho. Quiere que el tratado siga vigente y ver los beneficios del renacimiento económico.

Los países de Occidente están perturbados

El poder de Irán yace en su capacidad de desestabilizar sin hundir barcos. Hace poco, sus presuntos actos perturbaron a los aliados occidentales y provocaron que India desplegara dos buques de guerra.

Autoridades tanto de Estados Unidos como de Reino Unido señalaron que Irán ha llevado a cabo operaciones encubiertas contra la navegación mercante en el golfo de Omán, la entrada al estrecho de Ormuz, y acusaron a Irán de perforar seis buques cisterna con minas-lapa y de derribar a un dron estadounidense. Afirman que estas operaciones tienen la intención de demostrarle al mundo lo vulnerable que es el comercio mundial de petróleo ante el control iraní del canal, que tiene tan solo 34 kilómetros de ancho en su punto más estrecho. Según Estados Unidos y Reino Unido, pretende obligar a Estados Unidos a levantar las sanciones.

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Aunque Estados Unidos está tratando de organizar una coalición militar internacional para vigilar este pasaje marítimo vital, es probable que Reino Unido haya asumido que, como no respalda las sanciones estadounidenses, sus barcos estaban a salvo de los ataques iraníes. Sin embargo, eso fue antes de que incautaran al Grace 1 la semana pasada y antes de que los iraníes contraatacaran aparentemente el miércoles.

Qué quiere Irán

Al amenazar con responder a cualquier intensificación del uso de la fuerza con ataques contra blancos de Estados Unidos o de sus aliados en todo Medio Oriente, Irán está retando a sacar las garras hasta a los más duros de Washington, como el asesor de seguridad nacional, John Bolton.

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Pero no se atreven, al menos por ahora, porque todavía no hay suficiente en juego: Irán no está cerca de conseguir un arma nuclear y todavía no ha tenido un efecto estratégico o siquiera táctico a largo plazo en los intereses económicos del golfo.

Irán, furioso y arrinconado —dominado por el credo de las fuerzas armadas revolucionarias de "resistencia permanente" (a Estados Unidos y, sobre todo, a Israel)— podría intensificar la violencia a un grado que ellos podrían tolerar, pero muchos otros no. Sin embargo, lo que Teherán quiere realmente es hablar.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ofrecido pláticas sin precondiciones. Se centrarían, según dijo, en poner fin totalmente a las ambiciones iraníes de desarrollar un arma nuclear. Sus autoridades agregaron que también habría que poner fin a la "desestabilización" iraní en Medio Oriente y a anunciar un cambio genuino de rumbo de los clérigos que han estado en el poder desde 1979.

Si Estados Unidos pudiera indicarle a Irán d e alguna manera que las pláticas son lo que más le conviene y lo persuadiera de que intensificar la violencia no le conviene a nadie, este momento histórico podría dejar atrás las armas amartilladas y a las amenazas.

Sin embargo, Irán señaló que no hablará mientras Estados Unidos esté sofocando a su economía con sanciones. Los iraníes creen que la política estadounidense está en manos de los detractores de Irán, a los que el canciller iraní, Javad Zarif, llama "el equipo B", una referencia a Bolton, al líder de Israel, Benjamín Netanyahu, al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán, y al príncipe heredero emiratí, Mohamed bin Zayad. Además, Irán cree que no puede confiar en Estados Unidos porque ha roto muchos acuerdos y tratados internacionales.

Este podría haber sido el momento ideal para que Reino Unido cumpliera sus compromisos constantes con el "apaciguamiento" actuando como mediador. Ha lidiado con Irán sin derramar sangre y sigue comprometido con el tratado nuclear, lo que significa que en Teherán siguen haciendo caso de las opiniones del gobierno británico.

El problema es que la voz de Reino Unido en Washington se ha apagado. Cualquier influencia que la "relación especial" entre Estados Unidos y Reino Unido hubiera tenido en la Casa Blanca se evaporó con la renuncia de Kim Darroch, embajador en Estados Unidos.

Actualmente, escasean los buenos consejos. Estados Unidos e Irán tienen cuando menos eso en común.

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