"Inclusive creo que mucha gente ya se infectó (de coronavirus) en Brasil, hace algunas semanas o meses, y ya tienen anticuerpos que ayudan a que eso no prolifere", dijo frente a la residencia oficial en Brasilia.
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El jueves Bolsonaro decretó que las actividades religiosas forman parte de los servicios esenciales que deben permanecer abiertos incluso en los estados que impusieron cuarentenas para frenar la epidemia de coronavirus.
El decreto, publicado en el Diario Oficial de la Unión, equipara "las actividades religiosas de cualquier índole" a las farmacias y los supermercados, esenciales para responder a las necesidades cotidianas de la población.
El miércoles, 26 de los 27 gobernadores de Brasil se reunieron virtualmente y enviaron una carta a la presidencia solicitando apoyo. Todos se pronunciaron a favor de medidas de aislamiento social, dijo al término de la reunión Joao Doria, gobernador de Sao Paulo, estado epicentro de la enfermedad en Brasil.
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En discrepancia con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bolsonaro criticó el martes las cuarentenas impuestas por varios estados brasileños para frenar la propagación del coronavirus, que según él pueden provocar un "caos" social con "saqueos de supermercados" y representar una amenaza para la "normalidad democrática".
La mañana de este viernes, el presidente afirmó ante periodistas y seguidores que los gobernadores y alcaldes que determinen el cierre obligatorio de comercios deberán costear el pasivo laboral y aseguró que el gobernador de Brasilia, Ibaneis Rocha, iba a reabrir el comercio el lunes. Pero Rocha desmintió de inmediato que tenga esos planes, en una entrevista con el diario O Globo.
En esa tensión entre medidas de prevención y actividad económica, el jefe de Estado asistió el viernes al lanzamiento por el Banco Central de Brasil de una línea de crédito de emergencia de 40,000 millones de reales (8,000 millones de dólares) para que las pequeñas y medianas empresas puedan pagar salarios durante dos meses.
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La Cámara de Diputados aprobó por su lado la noche del jueves un proyecto de distribución de ingresos por tres meses para trabajadores informales que oscilará entre 600 y 1,200 reales (120 y 240 dólares). El texto debe ser discutido ahora por el Senado.
Con información de AFP