OPINIÓN: El presidente Trump se le pasa gritando que "ahí viene el lobo"
Nota del editor: Josh Campbell es analista de cultura de la legalidad de CNN. Trabajó como agente especial supervisor del FBI, fue asistente del director de la dependencia y actualmente escribe un libro sobre los intentos de los funcionarios electos por socavar el Estado de derecho. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.
(CNN) - A principios de septiembre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, continuó con sus ataques al Departamento de Justicia y a los funcionarios del FBI que investigan los presuntos lazos de su equipo de campaña con Rusia. Los tildó de "vergüenza" en un mitin político en Indiana e insistió en que la investigación es "ilegal" .
Lo que se pierde en la implacable campaña de Trump por socavar nuestras instituciones de justicia es el hecho de que él y sus facilitadores están dificultando la rendición de cuentas de dependencias como el Departamento de Justicia y el FBI cuando de hecho cometan errores.
Trump está gritando constantemente que “ahí viene el lobo”, en detrimento del buen gobierno.
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Parece que cada día hay una nueva línea de ataque contra aquellos que tienen en sus manos el deber de defender el Estado de Derecho.
Es evidente que el objetivo es seguir socavando la credibilidad de las corporaciones policiacas para desacreditar las conclusiones de la fiscalía especial en la investigación sobre la presunta intromisión de Rusia en las elecciones presidenciales de 2016.
El martes 28 de agosto Trump desató una tempestad política al poner en duda el profesionalismo de los hombres y las mujeres del Departamento de Justicia y del FBI. "Acaba de salir la noticia: 'China infiltró el servidor de correos privados de Hillary Clinton’. ¿Cuáles son las probabilidades de que el FBI y el Departamento de Justicia estén al tanto de esto?", tuiteó Trump y agregó que la credibilidad de las dependencias desaparecería para siempre si no investigaban el tema a fondo.
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Report just out: “China hacked Hillary Clinton’s private Email Server.” Are they sure it wasn’t Russia (just kidding!)? What are the odds that the FBI and DOJ are right on top of this? Actually, a very big story. Much classified information!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) August 29, 2018
Al parecer Trump estaba amplificando una teoría de conspiración que surgió en el sitio web conservador The Daily Caller y que posteriormente retomó Fox News, la emisora favorita de Trump. Lo esencial de la noticia (cuya fuente es anónima) es que se insinúa que una empresa con sede en China violó la seguridad del servidor de correos privados de Clinton y extrajo sus mensajes.
El problema es que la historia parece falsa.
Lo raro es que el FBI desmintió al comandante en jefe y a los medios que dieron a conocer la noticia en un comunicado en el que afirma que "no ha hallado pruebas de que los servidores quedaron expuestos" .
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La noticia de los correos de Clinton es la segunda en sendos días en los que The Daily Caller y Fox News se han involucrado con reportajes con información anónima que los agentes del FBI desmintieron posteriormente.
Hace unos días, ambos medios reportaron que una fuente les dijo que un analista del FBI informó a los miembros de una audiencia legislativa a puerta cerrada que la dependencia había filtrado información a la prensa con el fin de conseguir órdenes de vigilancia. A esta declaración siguió un tuit del diputado Mark Meadows con la misma información que la fuente anónima del Daily Caller y Fox News.
Si esta afirmación hubiera sido exacta habría sido explosiva e incluso ilegal. Una vez más el FBI desmintió la acusación e indicó que "simplemente no es cierto". El sitio web que dio a conocer la noticia modificó su artículo señalando que la fuente había tenido "problemas de comunicación" interna.
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En el entorno actual, en el que las noticias corren a gran velocidad, es comprensible que la información se tergiverse, pero el ciclo interminable y feroz de reportajes de medios favorables a Trump, sobre casos aislados de irregularidades en el actuar del Departamento de Justicia y del FBI —ya sea sin verificar o de plano falsos— pone en duda los verdaderos motivos de su trabajo periodístico.
Trump está demasiado ansioso de amplificar estos rumores sin fundamento y estas insinuaciones en vez de tomar el teléfono y llamar a los directores de las dependencias, quienes responden ante él, para enterarse bien de estos reportes morbosos antes de emitir declaraciones oficiales en Twitter dándolas por hecho.
Una de las consecuencias desafortunadas de esta costumbre es que Trump y sus aliados están enturbiando las aguas y reduciendo su propia capacidad de señalar los errores cuando estos se presenten.
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Tanto el Departamento de Justicia como el FBI son dependencias compuestas por humanos falibles que a veces cometen errores. La historia está llena de ejemplos de abusos de poder gubernamental, fiscales que van más allá de su deber y agentes especiales que a veces rebasan los límites, ya sea intencional o accidentalmente.
En cada instancia deben rendir cuentas porque estas instituciones tienen facultades increíbles que deben vigilarse constantemente. Si el pasado sirve de prólogo llegará el día en el que las corporaciones policiacas se pasen de la raya y será necesario meterlas en cintura.
Al señalar constantemente que hay mano negra y transformar cada acto de las corporaciones policiacas en una acusación infundada de corrupción, Trump y sus amigos de los medios están siendo tan irresponsables que diluyen su propia credibilidad como fuente.
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