OPINIÓN: ¿Por qué hay tantas intrigas en la Casa Blanca de Trump?
Nota del editor: Michael D'Antonio y Peter Eisner son los autores del libro The Shadow President: The Truth About Mike Pence. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a los autores.
(CNN) - El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, fue de los primeros que dijeron "yo no fui" tras la publicación de un ensayo desconcertante —titulado Soy parte de la resistencia— en el que se reveló una conspiración para salvar al país de un presidente trastornado. Pence muy probablemente pasaría la prueba del detector de mentiras que el senador Rand Paul recomendó para encontrar al autor, pero con esto no se demostraría que Pence no influyó en las ideas del escritor anónimo ni que se está preparando para la salida de Trump.
En el editorial, que se publicó en el diario estadounidense The New York Times, se señala que algunos miembros del gabinete estaban pensando en recurrir a la 25 enmienda a la Constitución de Estados Unidos para declarar no apto a Trump y reemplazarlo con el vicepresidente (a esto se refieren quienes insinúan que hay un "golpe suave" en curso).
Aunque este escenario parezca improbable, la respuesta de Trump al autor anónimo (pidiendo, por ejemplo, al fiscal general Jeff Sessions que investigue quién escribió el editorial) podría finalmente alienar a sus partidarios en el Congreso y a los elementos de sus bases. Con este debilitamiento la salida de Trump a través del juicio de destitución o de cualquier otro medio le abriría la puerta del Despacho Oval al vicepresidente.
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La posibilidad de que haya una crisis que ponga fin a la polémica presidencia de Trump podría explicar que el vicepresidente haya destacado por sus halagos al caótico comandante en jefe y que haya estado ausente en momentos de crisis. Entre su adulación, que provocó que George Will dijera que Pence podría ser "el personaje más repulsivo de Estados Unidos", y sus ausencias tan notorias, Pence ha creado un antecedente libre de culpas, pero también aceptable para un sucesor.
En nuestras investigaciones para la biografía de Pence, titulada The Shadow President, encontramos que el vicepresidente tiene una influencia enorme sobre la administración actual y el Partido Republicano. Tan solo en el gabinete de Trump están la secretaria de Educación, Betsy DeVos, y el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, quienes eran gente de Pence antes de unirse al equipo de Trump. Además, con la ayuda de un comité de acción política (el Great America Committee) que creó unos meses después de asumir la vicepresidencia, Pence está tejiendo una red nacional de elementos que puede desplegarse de inmediato para respaldar su presidencia.
Aunque el director de Inteligencia Nacional, Dan Coats, también ha negado ser el autor del editorial, es la clase de hombre serio que se sentiría escandalizado con Trump. Tiene una larga historia con el vicepresidente que incluye una controversia con personajes anónimos. Durante la fallida campaña de Pence al Congreso estadounidense, en 1990, unos miembros del equipo del entonces senador Coats crearon secretamente un grupo falso de activistas por el medioambiente que presentó acusaciones falsas contra el oponente de Pence, Phil Sharp. Más adelante, despidieron a los perpetradores porque Coats ordenó una investigación. Ambos dijeron que no sabían nada del engaño.
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Coats ahora es un alto funcionario de seguridad y es probable que comparta muchas de las inquietudes que el autor anónimo planteó en el editorial. "En público y en privado, el presidente Trump muestra una preferencia por los autócratas y los dictadores como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, además de que muestra poco aprecio auténtico por los lazos que nos unen a países aliados, de ideología similar", se señaló en el artículo.
Además de estas inquietudes respecto a política exterior, en el editorial se describen los desvíos de Trump respecto a las normas republicanas relativas al comercio y a la libertad de prensa; sin embargo, el eje de la crítica es la indignación moral. "La raíz del problema es la amoralidad del presidente. Cualquiera que trabaje con él sabe que no se adhiere a ningún principio discernible que guíe su toma de decisiones", escribió el editorialista anónimo.
La perspectiva que el autor anónimo evidenció sería conocida para cualquier persona que haya seguido a Pence a lo largo de los años y coincide con las posturas que defendía antes de incorporarse a la candidatura nacional en las elecciones de 2016. Pence es un hombre sereno y profundamente religioso y se cree que es el contrapeso al Trump impetuoso y profano. Para algunos electores era una especie de garantía de que Trump no haría nada demasiado radical y que en caso de que pasara lo peor, el país estaría en buenas manos.
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En el papel de vicepresidente leal pero usualmente ausente, Pence ha conservado el apoyo de las bases de Trump, lo que significa que no habría grandes levantamientos si asumiera la presidencia. Prevalecería la calma y no habría pruebas que lo relacionaran con la resistencia.
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