Esa es la carta de las trasnacionales en México. Si no hay un cambio ya en las medidas implementadas por el gobierno de la llamada cuarta transformación para enfrentar el decrecimiento económico por los impactos del coronavirus, estas corporaciones no reinvertirán utilidades, pero no saldrán del país dado que, al margen de esta emergencia sanitaria, ya tenían calculado el factor de riesgo. Los productos y las máquinas están atornillados en suelo mexicano. Eso ya se invirtió, está aquí, no se lo van a llevar.
Directivos consultados para este espacio informan que están evaluando el comportamiento de México frente a la pandemia y coinciden en que no es momento de tirar la toalla, pero sí de mantener únicamente el capital que ya tienen en el país. Ni un dólar más, ni un dólar menos. Por ahora.
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El horizonte que observan
La coyuntura mexicana es importante, sin duda, pero al final se mueven según las indicaciones de sus casas matrices. Por citar un caso, están observando lo que ocurre con la economía de Estados Unidos y tienen presente que el primer semestre del año será de pesadilla pero ya están realineando su estrategia para mejorar números a partir de junio.
Varios son los focos rojos que observan en México, pero destacan dos: la interrupción de las cadenas de suministro y que se evapore la paz social. Para la primera, mantienen la comunicación con los gobernadores bajo el objeto de mantener el flujo de bienes y servicios, mientras que de lo segundo prefieren ni siquiera imaginar lo que podría venir.
Por ello les urge que haya una redefinición, rectificación, de las llamadas “actividades esenciales”, ya que ahí se está perdiendo mucha inversión, principalmente en industrias como la automotriz, la electrónica, los sistemas de seguridad, entre otras.