(Expansión) – Daniel Gilbert, profesor de Psicología de la Universidad de Harvard, dice que las personas son más capaces para sumarse al cambio de lo que creen.
Para muchos, el encierro les ha permitido corroborar su nivel de adaptabilidad.
Es probable que en estos meses las circunstancias te hayan obligado a sumergirte en herramientas tecnológicas que ahora te son familiares, pero que al inicio creíste que no dominarías.
Y mírate, hoy estás llevando a cabo videoconferencias para comunicarte con tu equipo de trabajo o tus clientes. Digamos que tu “yo del futuro” se siente orgulloso de cómo has salido a flote.
Esta adaptación se parece a cuando te avientan a una alberca fría: al principio sientes que mueres y luego estás tan a gusto que ya ni te quieres salir.
Así nos pasó a muchos. Para dimensionar, revisemos este dato: Zoom -una aplicación de videocomunicación- en diciembre de 2019 reportó contar con 10 millones de participantes en sus reuniones cotidianas en comparación con los 200 millones que tuvo en marzo de 2020.
De hecho, las videoconferencias o webinars son una herramienta valiosa para generar nuevos y más clientes.
Si eres de los que “ya les gustó quedarse en la alberca” y piensa aprovechar las bondades de los webinars de venta, te invito a que reflexiones si lo que comunicas a través de ellas transmite lo necesario para generar confianza y credibilidad en tu posible cliente.
Y es que hay algo innegable: la comunicación a través de una videollamada no es igual de fluida y cálida que una conversación presencial.
Mi recomendación es cuidar tres detalles que a continuación comparto para aumentar tus posibilidades de éxito:
1. Corrobora que la otra persona está familiarizada con la herramienta de comunicación que utilizarán. Puedes iniciar explicando que para tener una reunión más efectiva les explicarás dónde se encuentran los botones básicos como el del chat o cómo silenciar el micrófono.
2. Optimiza la calidad de tu transmisión. Verifica que cuentes con una buena señal de internet. En cuanto a la calidad del audio, el uso de audífonos mejora la experiencia para ambos. De hecho, éstos pueden tener un segundo propósito: evitar las interrupciones de tu familia.
Establece un acuerdo con ellos en el que si te ven usando audífonos es señal de que necesitas un espacio tranquilo sin interrupciones.
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3. Mantén tu cámara encendida: El contacto visual crea un vínculo muy importante con quien está del otro lado. Cuanto más sentimos que otros nos "ven", más nos abrimos y nos involucramos. Además, identificamos si la otra persona está a punto de hablar o si hay que darle tiempo para que tome notas. Las cámaras encendidas humanizan la relación.
La comunicación cara a cara hace que las dos personas se comprometan a estar enfocadas y a crear un ambiente más amable. Sugiero que le notifiques a la otra persona con anticipación que deseas que su cámara esté encendida y que eso te permitirá atenderle mejor.
Verifica si tu vestimenta y tu arreglo en general es acorde con lo que la otra persona espera de ti. El lugar desde el que transmites también debe estar libre de distractores. Si de fondo se ve tu cocina y peor aún, tus familiares están pasando por ahí, resta al profesionalismo y al clima de confianza que la reunión requiere.
Los espacios en línea pueden ser muy diferentes a las reuniones del mundo real, y hay que estar listo para lidiar con las fallas técnicas y humanas.
Tu humildad te ayudará a sobrellevar mejor los errores. Te enfrentas a muchas incógnitas cuando haces una reunión en línea: las cosas con frecuencia salen mal y eso está bien. Cuando ocurra, mantén la calma, respira y sé auténtico.
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Deja que la gente vea que eres humano y estás haciendo tu mejor esfuerzo.
Si en medio de tu reunión, se mete el fondo musical de los ricos y deliciosos tamales oaxaqueños, y eres capaz de tomarlo con sentido del humor, es señal de que lo estás haciendo bien.
Nota del editor: Adriana Castro tiene una especialidad en Psicología de la Creatividad por la Universidad Autónoma de Barcelona. Es fundadora de Call to Action: Empresas felices. Síguela en Facebook (adrianacastromx). Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente a la autora.
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