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El desafío de la transferencia de tecnología en México

La política industrial del país debe lograr que los beneficios de la innovación no solo se concentren en algunas empresas, pues la gran mayoría se está quedando atrás, considera Juan Alberto González.
mar 19 octubre 2021 07:00 AM
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Se requiere de un proceso de democratización del conocimiento (visión de responsabilidad social de la ciencia), tanto en su comprensión como en su aplicación, apunta Juan Alberto González Piñón.

(Expansión) - México está en la trampa de los ingresos medios, ni avanza ni se hunde. Para salir se tiene que invertir en ciencia y sobre todo masificar el uso de la tecnología a través de mecanismos de transferencia.

De acuerdo con el Inegi, el país cuenta con 5 millones de empresas, de las cuales 3.9 son micro, pequeñas y medianas. La pregunta es ¿cómo lograr una trasferencia masiva de tecnología que llegue a estos negocios?

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Hay que trabajar en dos vías paralelas:

1) Impulsar que los centros de investigación y las universidades tomen como una de sus acciones sustantivas el relacionarse con las empresas, impulsando Servicios de Extensión Tecnológica (SET), que faciliten la transferencia de tecnología y la adquisición de nuevas capacidades para la innovación, a través de acelerar la articulación y aplicación del conocimiento científico en el sistema productivo.

2) Impulsar que las empresas, sobre todo las pymes, trabajen en un proceso formal de aprendizaje y generación de las habilidades para usar la tecnología, lo cual desde esta óptica depende exclusivamente del esfuerzo tecnológico interno, es decir, dichas capacidades son un producto endógeno a la empresa.

Este segundo punto también demanda se trabaje en fomentar que las pymes hagan un mayor uso del sistema de la propiedad intelectual, en especial de las patentes. Según algunos estudios, estas empresas en varios sectores utilizan “métodos informales” para acercarse a conocer de nuevas tecnologías e incluso para proteger sus activos intangibles.

La creación de capacidades tecnológicas en las empresas también depende del sistema de gestión de propiedad intelectual, dado que el uso correcto de la información tecnológica contenida en los documentos de patente apoya el tránsito de una fase imitativa a otra de innovación endógena y, por ende, a una posición más competitiva.

En este sentido, el impulso de los Servicios de Extensión Tecnológica por parte de las universidades y centros de investigación debe denotar cuestionamientos como saber si es factible desarrollar conocimiento y tecnologías más accesibles y mejor distribuidas.

La respuesta debería ser afirmativa, sin embargo, el trasladarlo a los hechos requiere de la generación de una capacidad colectiva para realizar acciones en común sobre la base de una interpretación (científica) compartida de la realidad -pasado, presente y futuro- y de sus posibilidades de cambio a través de “diálogos de innovación y creación de riqueza” entre el sector productivo y la academia.

Claramente se requiere de un proceso de diseminación y uso del conocimiento, que dé lugar a innovaciones en todos los sectores poblacionales, trayendo consigo progreso tecnológico, la tarea fundamental es entender que el conocimiento científico se expande y es aprehendido (apropiado) por diferentes sectores sociales y no queda solamente constreñido a los especialistas académicos.

Se requiere de un proceso de democratización del conocimiento (visión de responsabilidad social de la ciencia), tanto en su comprensión como en su aplicación, enfocada a la atención práctica de las necesidades crecientes de la sociedad y del sector productivo.

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La política industrial del país debe lograr que los beneficios de la innovación no solo se concentren en algunas empresas, pues es claro que la gran mayoría se está quedando atrás. Por ello es conveniente que las instituciones del estado mexicano adopten un papel “emprendedor” que asuma ciertos riesgos que pueden reportar grandes beneficios sociales, derivados de ampliar la difusión de la innovación en todos los ámbitos de la vida cotidiana de los ciudadanos.

No solo se requiere fomentar la creación de mayor conocimiento, se necesita de un impulso del Estado para iniciar un proceso de reindustrialización, basado en una política de cambio tecnológico y de profundizar la relación universidad-empresa, en donde el desarrollo de insumos de contenido local disminuya la dependencia tecnológica e incremente los niveles de competitividad.

Pero quizás el elemento más innovador al interior de las estructuras de las universidades y centros de investigación deba ser el acompañar a sus áreas de investigación y desarrollo con agentes u oficinas de trasferencia tecnológica, con responsabilidades que vayan mucho más allá del acto administrativo de solicitudes de patentes y difuminar las fronteras entre el sector público y el privado.

En esencia se requiere cruzar todos los aspectos del ciclo de vida industrial de la investigación y el desarrollo a la comercialización de tecnología y aplicación de derechos de patente. Las universidades y centros de investigación deben ser actores activos en la creación y generación de nuevas tecnologías que impacten la economía mexicana.

El suministro de información sobre patentes es otro componente clave en esta estrategia de utilización del sistema de patentes para promover el crecimiento. Está ampliamente aceptado que las patentes publicadas y las solicitudes de patente constituyen una de las mejores fuentes de información técnica disponible para llevar investigación y desarrollo. Búsqueda de patentes y patentes publicadas es también un paso esencial para evaluar la potencial patentabilidad de las investigaciones.

Esto aseguraría que se esté contribuyendo a reducir las desigualdades entre sectores poblacionales de altos ingresos, con acceso a estas tecnologías, y sectores de la población excluidos del proceso de adopción de estas innovaciones, convirtiendo la transferencia masiva de tecnología en el pivote del desarrollo.

Nota del editor: Juan Alberto González Piñón es director de Spark UP y académico de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones expresadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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