Hay que trabajar en dos vías paralelas:
1) Impulsar que los centros de investigación y las universidades tomen como una de sus acciones sustantivas el relacionarse con las empresas, impulsando Servicios de Extensión Tecnológica (SET), que faciliten la transferencia de tecnología y la adquisición de nuevas capacidades para la innovación, a través de acelerar la articulación y aplicación del conocimiento científico en el sistema productivo.
2) Impulsar que las empresas, sobre todo las pymes, trabajen en un proceso formal de aprendizaje y generación de las habilidades para usar la tecnología, lo cual desde esta óptica depende exclusivamente del esfuerzo tecnológico interno, es decir, dichas capacidades son un producto endógeno a la empresa.
Este segundo punto también demanda se trabaje en fomentar que las pymes hagan un mayor uso del sistema de la propiedad intelectual, en especial de las patentes. Según algunos estudios, estas empresas en varios sectores utilizan “métodos informales” para acercarse a conocer de nuevas tecnologías e incluso para proteger sus activos intangibles.
La creación de capacidades tecnológicas en las empresas también depende del sistema de gestión de propiedad intelectual, dado que el uso correcto de la información tecnológica contenida en los documentos de patente apoya el tránsito de una fase imitativa a otra de innovación endógena y, por ende, a una posición más competitiva.
En este sentido, el impulso de los Servicios de Extensión Tecnológica por parte de las universidades y centros de investigación debe denotar cuestionamientos como saber si es factible desarrollar conocimiento y tecnologías más accesibles y mejor distribuidas.
La respuesta debería ser afirmativa, sin embargo, el trasladarlo a los hechos requiere de la generación de una capacidad colectiva para realizar acciones en común sobre la base de una interpretación (científica) compartida de la realidad -pasado, presente y futuro- y de sus posibilidades de cambio a través de “diálogos de innovación y creación de riqueza” entre el sector productivo y la academia.
Claramente se requiere de un proceso de diseminación y uso del conocimiento, que dé lugar a innovaciones en todos los sectores poblacionales, trayendo consigo progreso tecnológico, la tarea fundamental es entender que el conocimiento científico se expande y es aprehendido (apropiado) por diferentes sectores sociales y no queda solamente constreñido a los especialistas académicos.
Se requiere de un proceso de democratización del conocimiento (visión de responsabilidad social de la ciencia), tanto en su comprensión como en su aplicación, enfocada a la atención práctica de las necesidades crecientes de la sociedad y del sector productivo.