Considero que las habilidades tecnológicas son esenciales para el desarrollo de nuevas aplicaciones y software, pero desde mi punto de vista, el requisito más importante para un esfuerzo exitoso del desarrollo ciudadano es un espíritu de colaboración, es decir, crear una sinergia entre empresas y tecnología.
Con esto último me refiero a que los miembros de una organización, sin importar su área de especialidad, tengan las habilidades y conocimiento necesario para desarrollar aplicaciones y software con poca o sin ninguna experiencia en codificar.
De esta manera se abre la puerta para que éstos, o mejor conocidos como desarrolladores ciudadanos, se unan a los desarrolladores profesionales en TI con el propósito de crear software y aplicaciones necesarias para mejorar el negocio.
Es un hecho que las empresas adolecen de suficiente personal especializado en TI y que existe una importante demanda de ellos. Tan sólo en México y como lo indica el estudio Talento Digital 2020 de la consultora tecnológica Everis, 6 de cada 10 empresas enfrentan dificultades para cubrir vacantes digitales ya que hay una escasez de profesionistas con las habilidades necesarias para estos puestos.
Por lo tanto, el desarrollo ciudadano ofrece la oportunidad a empresas y profesionistas de otras áreas como la administrativa o financiera, crear aplicaciones sin experiencia en software, mucho más rápido y a una fracción del costo, a la vez que actúa como una válvula de presión a esta crisis de talento.
Permite que TI "subcontrate" cierto trabajo de desarrollo, reduciendo los proyectos de este tipo que están en el tintero. Todo lo anterior permite a las empresas avanzar en sus esfuerzos de desarrollo en lugar de esperar a que TI se ponga al día. De esta manera se crea esta sinergia entre la empresa y la tecnología haciendo que ambas partes sean más ágiles y que reditúen mayores beneficios.
Ahora bien, en mi experiencia, las empresas requieren de acciones adecuadas que garanticen que estos esfuerzos estén alineados con la estrategia de TI y las políticas de gobierno de la organización. Estas políticas deben abordar cuestiones como:
1. Los datos, es decir cuáles se van a utilizar, de dónde provendrán, el lugar para guardarlos y la privacidad de éstos. Seguridad que implica proteger la información, las aplicaciones y los datos de los ataques cibernéticos.
2. Evitar duplicar los costos y aprovechar las relaciones de los proveedores de TI actuales.
3. Y, por último, garantizar que la aplicación esté alineada con los estándares de calidad y del sistema de la organización.
Para lograr estos tres puntos, es necesario el liderazgo entre todos los departamentos de una organización junto al departamento de TI, y así brindar pautas estratégicas e integradas para implementar dichas iniciativas del desarrollo ciudadano y mantener la supervisión de éstas.
También para ofrecer asesoría cuando llegue el momento de decidir qué proyectos emprender considerando la complejidad técnica y el riesgo de estos.
Para llevar a cabo estas acciones se necesitan herramientas que permitan a la organización seguir avanzando y también decidir qué proyectos caen bajo la supervisión de TI y cuáles no. Una de mis recomendaciones es capacitarse en cursos como el PMI Citizen Developer Practitioner.