Considera tres elementos previos, tener finanzas personales sanas, el hábito del ahorro y una cantidad de dinero que consideres excedente para ponerlo a trabajar. Sobra decirlo, pero no debes tener deudas descontroladas.
Vamos por pasos entonces, comencemos por lo básico, el portafolio lo podemos definir como ese conjunto de activos financieros que un inversionista integra en su planeación, pueden ser distintos instrumentos ya sean de renta fija, variable que se traducen en acciones, bonos, fondos de inversión, pagarés, cedes, monedas, divisas, materias primas, efectivo o derivados.
Suena muy técnico, pero recuerda, estos instrumentos no son para todos, aquí va la clave. Antes de tomar una decisión debes conocer tu perfil de inversionista y tu horizonte de inversión. Estas son herramientas fundamentales para el éxito de tus inversiones, la primera te ayudará a que conozcas qué tan adverso al riesgo eres con lo que podrás seleccionar los instrumentos que vayan acorde con ello; el segundo te permitirá definir el plazo en el que dejarás tus recursos invertidos, puede ser a corto, mediano o largo plazo.
Una recomendación es acercarte a una institución legítimame establecida, registrada en la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, con asesores certificados por la Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles. Ellos antes de ofrecerte cualquier plan, deberán ayudar a construir tu perfil y horizonte de inversión, desconfía de quien te asegure rendimientos u ofrece opciones sin conocerte. Una nota más, jamás inviertas en algo que no conozcas o que no entiendas por atractivos que sean los posibles rendimientos.
Para que no te agarren en curva, cuando estés preparando tu portafolio junto con tu asesor, toma nota de las características, el riesgo, la rentabilidad de cada instrumento y el tiempo en que deseas ver un retorno de inversión.
Una vez que ya seleccionaste los componentes que integrarán tu portafolio, debemos establecer otros aspectos, los límites de riesgos tolerables, estos son principalmente los famosos stop loss y take profit que es un arte, porque esto obliga a mantener una disciplina de saber cuándo recoger las ganacias y el saber perder. Optimizar cada vez el manejo de los recursos considerando los movimientos de los mercados buscando obtener la mayor eficiencia.
Con fines meramente enunciativos y que podamos comprender mejor de lo que estamos mencionando, generalmente encontraremos cuatro portafolios o estrategias de inversión: conservador, moderado, crecimiento y agresivo.