La Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, que anunció la Dra. Claudia Sheinbaum, debe ser dotada de las atribuciones necesarias tanto para el diseño de políticas públicas en la materia como para coordinar la totalidad del presupuesto de ciencia y tecnología, y supervisar las agencias gubernamentales responsables de la aplicación de políticas.
Por ejemplo, en el rubro de innovación, el impulso a la ciencia y la tecnología desde el ámbito de la política pública debe responder a la búsqueda del bienestar de la sociedad, para ello es necesario que esta nueva dependencia incentive el que las universidades cuenten con una amplia y profunda capacidad en la producción y trasferencia del conocimiento, que permita potenciar el protagonismo de sus estudiantes e investigadores en la atención de necesidades y problemas que aquejan a nuestro país.
Es igualmente relevante establecer otro nivel de presencia y eficacia a los apoyos, incentivos y facilidades para que la ciencia y la tecnología sean factores efectivos de transformación de México.
La creación de esta nueva Secretaría debe dirigir sus esfuerzos hacia el logro de la confluencia y concreción de los planes y programas en la materia, con el propósito de trasformar y agregar valor a la matriz productiva del país a través de la innovación, con el apoyo de instrumentos y caminos más efectivos para la vinculación entre las instituciones académicas y las empresas.
La producción científica de los investigadores mexicanos, medida sobre la base del número de publicaciones indexadas anuales, se ha incrementado considerablemente. De acuerdo con la calificadora y consultora científica SCImago, a nivel mundial ocupamos el lugar 28 en volumen de producción científica con más de 33,000 artículos científicos anuales, con lo cual la aportación de México al conocimiento mundial es del 1%. Es momento de transformar la excelencia científica y tecnológica del país en creación de valor económico, empleo y calidad de vida.
Para ello es necesario promover alianzas corporativas de investigación y educación (investigación financiada por la industria, cátedras afiliadas a una empresa patrocinadora…), que permitan avanzar en la misión de impulsar el crecimiento económico y el bienestar social a través de la ciencia, la tecnología y la innovación.
La aceleración progresiva de la innovación se observa en los datos del 2022 presentados por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, China presentó el número total de solicitudes de patente más alto: la cifra récord de 1.6 millones seguida por las Oficinas de Estados Unidos (591,473), Japón (289,200), República de Corea (237,998) y la Oficina Europea de Patentes (OEP) (188,778).
Este indicador en México fue de 16,161 solicitudes, de las cuales solo el 7.59% fue solicitado por residentes; para que se produzca un impacto económico positivo no solo se necesita la realización de investigación y desarrollo, también debe acompañarse de una sólida gestión explícita que facilite la transferencia de conocimiento hacia la sociedad.
Fomentar una participación creciente de los inventores nacionales en el desarrollo y concesión de patentes a favor de empresas nacionales debe ser un componente sustancial de la agenda de desarrollo económico del país, con la visión de alcanzar un equilibrio en la balanza de pagos tecnológica.