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Los azotes, las nalgadas y otras formas de corrección son legales y socialmente aceptadas en muchos países como parte de una buena educación.
vie 19 octubre 2018 12:30 PM

(CNN) - Según un análisis de datos de 88 países, territorios y protectorados publicado el lunes en la revista de salud BMJ, los adolescentes son menos violentos en los países en donde el castigo corporal está prohibido.

"Las sociedades que tienen estas prohibiciones parecen ser lugares más seguros para el desarrollo de los niños", dijo el autor principal del estudio, Frank Elgar, profesor asociado en el Instituto de Salud y Política Social de la Universidad McGill en Montreal.

El pediatra Robert Sege, que no participó en la nueva investigación, refirió que "los resultados en realidad son bastante validados". Sege es un profesor de medicina en la Universidad Tufts que ha participado en los comités de abuso, lesión y violencia infantil de la Academia Estadounidense de Pediatría.

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Muchos argumentan que se necesita el castigo corporal para "enseñar a un niño lo que está bien y lo que está mal, y que si no lo utilizamos los niños se descontrolan", dijo Sege. Si eso fuera correcto, aseguró el pediatra, "uno esperaría que el resultado internacional fuera más violencia entre los púberes cuando el país prohíbe los castigos corporales. Pero eso no es lo que dice la evidencia”.

Diferentes resultados para niñas y niños

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Según Elgar, el estudio es uno de los "mayores análisis transnacionales de violencia juvenil" realizados hasta la fecha.

El análisis utilizó datos de dos encuestas mundiales, el comportamiento de salud en niños en edad escolar (Health Behavior in School-aged Children) y la encuesta mundial de salud a escolares (Global School-based Health survey), que entrevistaron a adolescentes de 13 a 17 años sobre diversos temas sociales y de salud como el comportamiento sexual, el consumo de alcohol, drogas y tabaco y la violencia. También se incluyeron estudios similares en otros países.

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A los adolescentes de esas encuestas se les preguntó: "En los últimos 12 meses, ¿cuántas veces participaste en una pelea física?" Los altercados físicos frecuentes se definieron como cuatro o más peleas dentro de ese periodo.

Elgar y su equipo analizaron más de 400 mil respuestas de adolescentes de una mezcla heterogénea de 88 países que tenían en vigor prohibiciones totales, parciales o no prohibían las nalgadas u otras formas de castigo corporal.

El castigo corporal se definió como el uso de la fuerza física por parte de un adulto para "corregir o controlar" el comportamiento del niño. El castigo tiene el objetivo de ser doloroso, pero sin causar lesiones físicas.

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De los 88 países incluidos en el estudio, 30 restringían totalmente los castigos corporales, lo que significa que están prohibidos tanto en las escuelas como en los hogares. Esos países incluyen a Nueva Zelanda, Islandia, Portugal, España, varias naciones escandinavas, y de Centro y Sudamérica.

Otros 38 países, incluidos Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, tenían prohibiciones parciales, en las cuales dicho castigo está prohibido solo en las escuelas.

Los 20 países restantes, que incluyen a Israel, Egipto y varios países africanos, no tenían ninguna prohibición en el momento del estudio.

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"Los niños en países con una prohibición total mostraron el 69% de la tasa de peleas que registraron los niños en países sin prohibición. En las niñas, la diferencia fue aún mayor, con un 42% de la tasa de peleas encontrada en los países sin prohibición", dijo Elgar.

Las tasas más bajas de violencia se encontraron en Costa Rica, Portugal, Finlandia, Honduras, España, Nueva Zelanda y Suecia, en ese orden.

Los países con prohibiciones parciales no vieron una reducción en la violencia entre los niños, dijo Elgar, pero sí una reducción en la violencia entre las niñas: 56% de la tasa encontrada en países sin prohibición.

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Castigo

Castigo

Las "nalgadas" o cobbing historicamente se han utilizado también para los adultos. Este grabado, del Libro de los Mártires de Foxe, muestra al obispo de Londres, Edmund Bonner castigando a un hereje. Según la enciclopedia británica, Bonner se caracterizó por ser un monstruo que disfrutó de la quema de protestantes en la hoguera durante el reinado de María I, que era conocida como "Bloody Mary".
Cortesía de John Foxe
Una máquina

Una máquina

Un dibujo de 1879 en El Libro de las Imágenes Divertidas de Cole, considerado como "el libro de imágenes para niños más económico jamás publicado" y de los muchos creados por el australiano EW Cole, ilustra una macabra máquina de látigos para azotar a los niños traviesos en la escuela.
EW Cole
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Cultura

Las "nalgadas" eran un tema común entre la cultura pop. En el clásico de Mark Twain, Las Aventuras de Tom Sawyer, la tía Polly -interpretada por May Robson en la cinta homónima de 1938- frecuentemente castiga al pequeño, interpretado por Tommy Kelly.
Cortesía de Everett Collection

No está claro por qué las prohibiciones parciales reducen las peleas solo entre las niñas, dijo Elgar, pero puede tener algo que ver con cómo las niñas usan más tácticas de acoso social y emocional que la agresión física.

Los investigadores también analizaron el papel de la violencia en general en una sociedad al evaluar las tasas de homicidios y estudiar las prohibiciones de armas en las escuelas, los programas de educación parental y los programas de visitas domiciliarias de maltrato infantil, pero no encontraron ningún efecto.

Ellos plantearon la hipótesis de que los países más ricos tendrían menos violencia juvenil, pero encontraron un resultado sorprendente.

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"Las prohibiciones y los niveles de violencia juvenil no tenían relación con la riqueza de un país. Algunos países de ingresos muy bajos resultan ser bastante pacíficos, mientras que otras naciones más ricas, como Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, no salieron tan bien paradas", dijo Elgar.

Una de las limitaciones del estudio era el problema de la gallina y el huevo, es decir, ¿las prohibiciones del castigo corporal dieron como resultado menos violencia juvenil o los países que establecieron prohibiciones ya rechazaban de por sí el concepto de castigo corporal? Esa pregunta habrá de responderse en futuros estudios, dijo.

Impacto del castigo corporal

Los azotes, las nalgadas y otras formas de corrección son legales y socialmente aceptadas en muchos países.

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Según un informe de UNICEF de 2017, en todo el mundo, cerca de 300 millones de niños de dos a cuatro años reciben de forma cotidiana algún tipo de disciplina física por parte de sus padres o cuidadores.

En Estados Unidos, un estudio de 2011 encontró que el 70% de las madres informó haber nalgueado a sus niños pequeños. Según los expertos, el uso de la nalgada en Estados Unidos se debe en parte a que muchos estadounidenses creen que no causa daño y de hecho es necesaria en la crianza de los niños.

Un estudio realizado por Child Trends en 2015 encontró que el 76% de los hombres estadounidenses y el 66% de las mujeres estadounidenses concordaban en que "a veces es necesario disciplinar a un niño con una buena nalgada".

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A nivel mundial, alrededor de 1,100 millones de cuidadores consideran que el castigo físico es necesario para educar o criar adecuadamente a un niño, según datos de UNICEF.

Sin embargo, un número creciente de investigaciones demuestra que los resultados finales del castigo corporal pueden no ser positivos.

"El objetivo de disciplinar a un niño es enseñarle el autocontrol cuando mamá y papá no están cerca. Las nalgadas no logran eso", dijo Sege.

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Un metaanálisis de 75 estudios sobre los azotes descubrió que contribuían a los problemas de agresión, salud mental y estima social y al comportamiento antisocial en los niños, que se prolongaban hasta la edad adulta.

Otros estudios han encontrado que los niños que son castigados físicamente también experimentan problemas académicos en la escuela y deficiencias cognitivas, además eran más propensos a ser violentos hacia las mujeres más adelante en la vida.

En opinión de Sege, como indica el nuevo estudio, "cuando los padres y las escuelas dan ejemplo de violencia, tiende a aumentar la disposición de los niños a pelear, a volverse físicamente violentos".

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"Mi esperanza es que estudios como éste convenzan a las personas de que las nalgadas y otros castigos no son necesarios para criar a los niños".

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