Miguel Rincón, presidente y director general de Bio Pappel, fue uno de los empresarios mexicanos que viajó a Washington, acompañando al presidente Andrés Manuel López Obrador, para participar en la cena con el mandatario estadounidense Donald Trump, en lo que se ha convertido en una controvertida visita, en medio de la temporada electoral que vive el país vecino.
El encuentro de Trump y AMLO, desde la mirada del empresario Miguel Rincón
La asistencia del empresario mexicano, quien desde hace 35 años dirige la mayor compañía papelera del país, hoy dedicada principalmente a la fabricación de empaque, no fue una casualidad. Además de formar parte del grupo de empresarios que asesoran al presidente mexicano, está desembolsando una inversión de 500 millones de dólares en el mercado estadounidense.
Aunque la relación comercial entre México y Estados Unidos se tambaleó en más de una ocasión durante la renegociación del viejo acuerdo comercial TLCAN, Rincón nunca dudó de continuar con su ambicioso plan de expansión en el mercado estadounidense, que incluye la construcción de tres plantas, en Indiana, Washington y Texas, que se sumarán a otras operaciones que la empresa ya tenía en ese país.
“La decisión que habíamos tomado es: con acuerdo o sin él vamos a crecer allá afuera, porque necesitamos competir en una escala internacional, si no el día de mañana van a venir aquí nuevos competidores y nos van a arrollar”, dice Rincón. “Y teníamos claro que nuestra mayor oportunidad estaba en Estados Unidos, que es el mercado más grande del mundo”.
La empresa mexicana, que ha decidió renunciar a los contratos que tenía con el gobierno mexicano para proveer de papel a la Comisión del Libro de Texto Gratuito, a fin de evitar conflictos de interés con esta administración debido a la cercana relación con López Obrador, vislumbra nuevas oportunidades para convertirse en un nuevo proveedor del gobierno estadounidense. Además de crecer su participación en el segmento de empaque en ese mercado, en medio del auge que experimenta el comercio electrónico, tras la pandemia del coronavirus.
Durante su intervención en la cena ofrecida en el salón este de la Casa Blanca, cuyo tema central fue la relocalización de la inversión en la región, Rincón expuso sus planes al presidente Trump, que al principio de su administración había mantenido una dura línea hacia México y había criticado las inversiones que las empresas estadounidenses hacían al sur de su frontera.
Ahora “quedó muy sorprendido” con las inversiones que las empresas mexicanas están haciendo en ese país. “Durante la cena, hubo un par de empresarios estadounidenses que expresaron su interés por invertir en México, y era importante que una empresa mexicana también dijera que está invirtiendo allá”, cuenta Rincón, en una videoentrevista con Expansión, donde además habló sobre su visión de la 4T y sobre la reconfiguración que vive el sector en medio de una acelerada digitalización por la pandemia del coronavirus.
E: ¿Cuál es el balance de este viaje?
Miguel Rincón: Después de toda esta crisis que estamos viviendo a nivel global, tanto sanitaria como económica y de calentamiento global, vemos el surgimiento de un nuevo modelo económico que apunta a una menor globalización y a una mayor regionalización. Vamos a ver el fortalecimiento de bloques regionales y Norteamérica tiene una clara apuesta para reducir su dependencia de otros bloques, como el asiático. Y dentro de este contexto se ubica este acuerdo comercial donde México tiene una ventaja muy importante, su geografía y su demografía, para capturar las oportunidades que se van a generar, principalmente en Estados Unidos.
El país tiene algunos rezagos de capital físico, humano y jurídico, pero tenemos un respaldo importante en Estados Unidos, no solo de los republicanos, sino de los demócratas, que están en una muy buena disposición de apoyar a México para que se convierta en un socio estratégico mejor calificado y más confiable, para asumir este desafío que viene de sustituir importaciones que ahora vienen de otros bloques del globo.
E: ¿Los demócratas no están molestos de que México haya ido a hacer una visita oficial en plena campaña electoral?
MR: Realmente es difícil adivinarlo. Nosotros creemos que, independientemente de quien continúe al frente de Estados Unidos, ya sean los demócratas o los republicanos, ambos tienen muy clara la importancia de fortalecer el bloque de Norteamérica. Ambos partidos ven el riesgo de tener una alta exposición a otros países con los cuales hay diferencias importantes, como China. Los dos candidatos [Donald Trump y John Biden] comparten el objetivo de fortalecer más al bloque y reducir la dependencia de Asia. Y en esto México juega un papel importante.
E: Pero ahora mismo esto parece complicado. Esta crisis ha reducido la liquidez de las empresas y hasta ahora el gobierno se ha negado a dar apoyos al empleo y a ayudar a las empresas. Como parte del consejo de empresarios que lo asesora ¿ya ha hablado de esto con el presidente?
MR: Hemos hablado de este tema con el presidente y básicamente el análisis que tiene el gobierno es este: antes, para hacer frente a la crisis económica de 2008-2009, el gobierno en turno tomó la decisión de incrementar la deuda, que en 2009 representaba el 30% del PIB. Después de la crisis llegó a representar 45% del PIB. Es decir, se incrementó en un 50%. Y con esta deuda tendrán que vivir las siguientes dos generaciones.
Ahora, en medio de esta crisis, el presidente consideró que era preferible sacrificar un poco del crecimiento económico, pero no endeudar a las siguientes generaciones. El PIB se va a caer este año 8%, 9% o 12%, pero lo recuperaremos en dos o tres años, mientras que, si se toma la decisión de incrementar la deuda otro 50%, para apoyar a las empresas, se compromete a dos generaciones más.
El criterio que él tiene es: las empresas podrán tener problemas por esta situación, pero hay vías para resolverlos, que no necesariamente sea una un apoyo económico del gobierno. Primero, pueden recurrir a sus acreedores, tanto a los bancos como a sus proveedores, para renegociar condiciones que les permitan salir adelante. Segundo, pueden recurrir al Chapter 11, un mecanismo que permite a la empresa ganar tiempo para reorganizar su situación financiera. Tercero, la venta de las empresas o la oferta de acciones. Estos son los caminos tradicionales que siguen las empresas en las crisis. Como empresa, no puedes pensar que la primera de tus opciones es un apoyo obligado del gobierno, en un momento en el que el país tiene finanzas precarias.
Esta es una crisis que nunca habíamos vivido, de orden económico y sanitario. No hay gobierno que pueda rescatar a todas las empresas de todos los sectores. Yo creo que muchas empresas van a morir, micros y pequeñas, porque es aparte de las crisis.
E: ¿Cómo ha enfrentado esta crisis Bio Pappel?
MR: Paradójicamente, el tipo de cambio, que se ha movido 25% en el último año, nos ha dado un margen de maniobra, porque hizo más competitivas las exportaciones. Esto nos está ayudando a que el impacto de la crisis no sea tan dramático. Tenemos 70% de nuestros costos en pesos y solo 30% en dólares. Lo razonable es que importes hasta un tercio de los insumos requeridos. Aunque ha habido una disminución en el consumo, también ha habido una caída en las importaciones, por el tipo de cambio. Esto ha beneficiado al producto local, y eso nos ha permitido compensar. Nosotros estamos manteniendo los empleos, de hecho, estamos generando algunos nuevos.
E: ¿Cuánto les está ayudando el comercio electrónico?
MR: Bastante. Realmente hay un fenómeno mundial que se aceleró muy fuerte y la distribución individualizada de productos hizo que la demanda de empaque se multiplicara por tres. Lo estamos viendo tanto en México como en Estados Unidos. Nosotros estamos pudiendo capitalizar este boom del comercio electrónico en ambos mercados gracias a que hace varios años iniciamos una expansión hacia Estados Unidos.
Cuando se firmó el TLCAN, hubo una gran preocupación en la industria papelera local porque se abrían las fronteras e iban a venir las grandes empresas de Estados Unidos a colonizar el mercado, a adquirir las empresas y a instalar otras. Pero la respuesta de Bio Pappel fue ir a Estados Unidos y adquirir una empresa papelera allá, con gran esfuerzo financiero, en 1997.
En ese momento decidimos no crecer hacia América Latina porque identificamos que el mercado estadounidense representaba una gran oportunidad por su gran capacidad adquisitiva y hoy lo sigue siendo: la economía de California es casi tres veces la de México, la Texas es el doble y la de Florida equivale a la economía mexicana. Esto nos da una idea de las proporciones.
Nosotros hemos continuado con esta expansión. El año pasado adquirimos la compañía independiente más grande de Estados Unidos y la hemos venido creciendo. Gracias a todas las inversiones que hemos hecho recientemente allí, esperamos que, en cinco años, la mitad de nuestros ingresos provenga del mercado estadounidense, que ahora representa el 32%.
E: ¿Cómo han logrado esta expansión sin endeudarse?
MR: En esta evolución de la empresa ha habido un fortalecimiento de la estructura financiera de la compañía, ya que la deuda de la empresa hoy representa solo un año de su Ebitda. Somos una de las compañías papeleras en el mundo con menor nivel de deuda y aunque tenemos mucho margen de acción para salir de compras ahora, ya que solo tenemos el 14% de nuestras acciones en la Bolsa, queremos ser cautelosos. No queremos endeudarnos solo por un afán de crecer por crecer. Lo haremos con recursos propios.
E: ¿Qué va a pasar con la industria papelera en pleno boom de la digitalización por esta pandemia? ¿Cuál será el futuro de la industria?
MR: Se va a ver afectado un segmento, el de papeles de escritura e impresión, que representa el 17% de toda la industria papelera. De hecho, ya estaba en crisis desde algunos años atrás, y ahora se agudizó con esta aceleración de la digitalización.
En contraste, el segmento de empaque, que representa el 70% de la industria, está viviendo una expansión impresionante por el comercio electrónico, que está cambiando la forma de comercializar los productos. Estimamos un crecimiento anual de 10% a nivel mundial. Y ahí es donde está nuestra empresa, ya que en los últimos años hemos ido reconvirtiendo nuestras operaciones del segmento de escritura e impresión, que ahora solo representa un 5% de nuestras ventas, al de empaque.
Por último, el segmento de papel higiénico, en el que no participamos, está estable, no baja, pero tampoco crece.
E: ¿Cómo espera la empresa cerrar el año?
MR: En términos de volumen y producción, vamos de acuerdo con el plan. En términos de ingresos en pesos, vamos a estar acorde con el programa; en términos de dólares van a ser menos, ya que hoy se requieren más pesos por el tipo de cambio. Pero saldremos bien. Sabemos que este es un año de lucha, de esfuerzo y de retos para todas las empresas mexicanas. Creemos que en 2021 vamos a tener un crecimiento de entre 2% y 3%, que es muy positivo, pero será apenas la tercera parte de lo que vamos a caer este año. Así que probablemente vamos a necesitar tres años para recuperarnos.
Pero la visión del empresario debe estar más allá de lo inmediato. Tenemos que ver los fundamentales, y los de México cambiaron la semana pasada, cuando entró en vigor este acuerdo comercial, el T-MEC.
Este libre acuerdo comercial da mayor certidumbre para la inversión, porque son reglas diferentes que se van a regular por tribunales internacionales, lo cual va a permitir generar la confianza suficiente entre los inversionistas, independientemente de decisiones radicales que se puedan tomar por cualquiera de los mandatarios de los tres países. Pero los beneficios no los vamos a empezar a ver ni este trimestre ni el siguiente, sino hasta el próximo año.