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Trump desafía a los demócratas con una guerra total contra su destitución

La Casa Blanca decidió no cooperar con las investigaciones del congreso, liderado por el Partido Demócrata, sobre las acusaciones de un denunciante contra el presidente.
mié 09 octubre 2019 12:07 PM
Reto
El presidente Donald Trump reta a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, a llamar a una votación en pleno sobre abrir un proceso de destitución.

Stephen Collinson

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, llevó a los demócratas al primer punto de inflexión de su enfrentamiento por el procedimiento de destitución el martes con la declaración desafiante de que su administración no cooperaría con la investigación.

En un contraataque feroz, días después de fracasar en el intento de controlar un torrente de revelaciones dañinas, la Casa Blanca de Trump señaló que la investigación es una campaña ilegal para revocar las elecciones de 2016 e impidió que un alto diplomático declarara ante el Congreso .

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"Nunca antes, en nuestra historia, la Cámara de Representantes —bajo el control de cualquier partido político— había llevado al pueblo estadounidense por la peligrosa senda que ustedes están decididos a seguir", dijo Pat Cipollone, abogado de la Casa Blanca, en una carta dirigida a la presidente de la cámara, Nancy Pelosi, y a los presidentes de las comisiones clave.

En la carta se da aviso efectivo de la guerra política total que forma parte de la estrategia de la presidencia para privar a los investigadores de todos los testimonios y pruebas que han exigido; es un intento claro por sofocar la capacidad de la investigación para determinar si Trump abusó de su poder al presionar a Ucrania para que investigara a un oponente político, Joe Biden .

Pelosi dijo que no hay una exigencia constitucional que respalde el voto del pleno de la Cámara de Representantes que exige Trump para iniciar el procedimiento de destitución, argumento que respalda la negativa a cooperar del presidente de Estados Unidos.

Sin embargo, esta maniobra de Trump dejó a Pelosi en la necesidad de tomar decisiones estratégicas sobre qué hacer después en un enfrentamiento que pone a prueba la integridad de la separación de poderes de Estados Unidos y que determinará si ella está adelantada varias jugadas en este duelo.

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Impugnar la postura de Trump en los tribunales podría frenar el impulso del procedimiento de destitución con meses de recursos jurídicos. Si presentan a toda prisa una lista de causales de destitución con base en la obstrucción de Trump, Trump podría reforzar su afirmación de que Pelosi está presidiendo un "tribunal improvisado" y apresurando la función más trascendental del Congreso.

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Ahora, le preguntarán al pueblo estadounidense si un poder del gobierno puede controlar a un presidente que acepta pocos límites a su poder o si puede evitar tal escrutinio, decisión que repercutirá en la historia.

Los demócratas argumentan que la postura de Trump es un reconocimiento de culpa de facto basado en un argumento jurídico y político insostenible.

"Supongo que no han leído la Constitución", dijo el diputado Tom Malinowski, de Nueva Jersey, demócrata que sirve en la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara baja.

"Si no se defienden ante la evidencia copiosa que ya tenemos, creo que les perjudica", dijo Malinowski a Erin Burnett, de CNN. "No es la clase de investigación en la que empezamos de cero… estamos empezando con todo".

La 'loca' y 'aterradora' llamada de Trump

La crisis política más grave del país en varias décadas alcanzó un punto álgido ahora que surgieron más detalles impactantes sobre el intento de Trump por presionar a Ucrania.

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El hoy famoso denunciante escribió una circular en la que relata que un funcionario de la Casa Blanca consideró que la llamada a Volodímir Zelenski fue "loca" y "aterradora", según declaró una fuente que conoce la denuncia.

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El New York Times, que fue el primero en reportar los detalles más recientes, señaló en su artículo que los abogados de la Casa Blanca hablaron de "cómo habría que manejar la discusión porque, en opinión del funcionario, era claro que el presidente había cometido un acto delictivo".

En otra revelación de este drama, CNN reportó que Gordon Sondland —el embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea a quien Trump impidió que declarara ante el Congreso, el martes— llamó directamente a Trump en septiembre para saber qué estaba pasando, ya que sus colegas hablaban de que se estaba reteniendo la ayuda militar estadounidense para Ucrania.

Este importantísimo detalle abre la posibilidad de que Sondland haya enviado el mensaje de texto, en el que le explica a un colega que no tenía nada que ver con un intercambio, por órdenes del mismo Trump, posibilidad que los demócratas seguramente querrán investigar.

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Adam Schiff, presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, insinuó el lunes que Sondland tenía mensajes de texto y correos electrónicos en un dispositivo personal que el Departamento de Estado se negaba a entregar.

Estas revelaciones explican por qué la Casa Blanca se niega a cooperar con la investigación del procedimiento de destitución. No pueden permitir que se abra una ventana a la conducta desconcertante, interesada e incluso delictiva del presidente en sus tratos con Ucrania, cosa que podría poner a los estadounidenses en su contra.

Mientras los demócratas tratan de presentar argumentos para demostrar que Trump desafía las normas constitucionales y abusa de su poder al usar la política exterior para sus fines políticos, los colaboradores de Trump deben intentar frenar el impulso y tejer un relato de abuso de facultades del Congreso.

La disputa se intensificó aún más luego de que en varias encuestas de opinión se demostrara que la mayoría de los estadounidenses apoya la iniciación de una investigación para el procedimiento de destitución. Sin embargo, todavía no hay una mayoría a favor de que se retire a Trump del cargo, lo que pone de relieve el efecto crítico de esta batalla política en Washington, en la que ahora están metidas ambas partes.

Trump desafía a Pelosi a celebrar una votación arriesgada

En su carta, Trump desafía a Pelosi, quien tal vez quiera proteger a sus miembros más moderados del daño político, a celebrar una votación en el pleno de la cámara para decidir si se procede con la investigación.

En los dos dramas de destitución anteriores, con Richard Nixon y Bill Clinton , se llevó a cabo esta votación, aunque la Constitución no exige que se celebre. El equipo de Trump afirma que si no se lleva a cabo, Trump no tendrá más opción que negarse a cooperar para preservar los alcances de la investidura presidencial para los futuros mandatarios.

"A nivel constitucional, es lo que llamamos un sinsentido total y absoluto", dijo Susan Hennessey, analista jurídica y de seguridad nacional de CNN, en el programa The Situation Room.

La Casa Blanca sostuvo que sin dicha votación, se les negarán al presidente y a otros funcionarios del poder ejecutivo los derechos básicos de los que disfrutan los demás estadounidenses. También acusó a Pelosi de negarle a Trump el derecho de interrogar a los testigos, de tener acceso a las pruebas y de que su abogado estuviera presente durante las deposiciones.

"En términos sencillos, quieren revocar el resultado de las elecciones de 2016 y privar al pueblo estadounidense del presidente al que eligieron libremente", escribió Cipollone.

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Cipollone también argumentó que Trump no hizo nada malo en su llamada a Zelenski y acusó a los demócratas de sesgar el caso con un procedimiento injusto y de violar la separación de poderes.

Sin embargo, el tono de la carta fue mucho más partidista que legalista, lo que refleja que la batalla por el futuro de Trump se decidirá en un combate político feroz. En mayor medida, dio la impresión de defender a Trump con base en la percepción de injusticia en el proceso político y no en los méritos del caso de Ucrania.

En su propia carta a los demócratas de la cámara baja, Pelosi prometió que "el presidente rendirá cuentas. Cuando hay un procedimiento de destitución, es cuestión de hechos y de la Constitución", escribió.

"Mientras el presidente Trump obstruya la justicia, abuse de su poder y merme a la investidura presidencial, tendremos la responsabilidad de fortalecer la institución a la que servimos. Esto es esencial si hemos de honrar la separación de poderes, que es la genialidad de la Constitución".

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La presidente de la cámara podría decidir obligar a Trump a mostrar sus cartas y programar una votación en el pleno de la cámara. Sin embargo, no hay garantías de que Trump coopere si se lleva a cabo esta votación.

"No queremos especular qué pasaría en varias situaciones hipotéticas", escribió Cipollone.

La votación también podría darles a los republicanos una plataforma para hacer declaraciones rimbombantes y transformar el procedimiento de destitución en un circo —como lo han hecho con las audiencias anteriores de supervisión de los demócratas—, factor que podría influir en las deliberaciones de Pelosi.

Sin embargo, también se argumenta que ofrecerle a Trump una hoja de ruta sobre un proceso abierto, con objetivos claramente definidos para el procedimiento de destitución, no es solo políticamente inteligente, sino que es lo correcto en un momento nacional peligroso que exige un estándar básico de justicia.

Mientras la carta de Trump cimbraba al Capitolio, los demócratas citaban a declarar y a entregar pruebas a Sondland, a quien la Casa Blanca impidió que declarara ante el Congreso unas horas antes de su cita del martes en el Capitolio.

Pese a todo, como ha demostrado esta presidencia turbulenta, negarse a cumplir un requerimiento del Congreso es menos arriesgado que ignorar una citación penal. Los demócratas declararán en desacato a los testigos rebeldes, pero eso implicará la clase de embrollo jurídico que quieren evitar y que Trump planea crear.

Adam Schiff dio a entender que la negativa a declarar de Sondland y de otros funcionarios clave repercutiría en Trump.

"Consideramos que no presentar a este testigo, no presentar estos documentos es una prueba sólida más de la obstrucción a las funciones constitucionales del Congreso", dijo Schiff a los reporteros.

En preparación a la batalla que se avecina, la Casa Blanca se puso en contacto con abogados externos para pedir asesoría sobre el procedimiento de destitución. Uno de esos abogados es el ex diputado por Carolina del Sur, Trey Gowdy, según reportes de Pamela Brown, de CNN.

Pam Brown, Jim Acosta, Kylie Atwood, Jeremy Diamond, Gloria Borger, Kaitlan Collins y Kevin Liptak, de CNN, contribuyeron con este reportaje.

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