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¿De qué se trata el ‘partygate’, el escándalo por el que peligra Boris Johnson?

La sede del gobierno de Reino Unido, Downing Street, también fue escenario de varias fiestas cuando en el resto del país las reuniones a puerta cerrada y con más de dos personas estaban prohibidas.
lun 17 enero 2022 06:37 PM
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, camina fue de Downing Street, en Londres.
Una semana devastadora para Boris Johnson lo ha dejado contra las cuerdas, incluso entre los miembros del Partido Conservador.

Reino Unido asiste atónito a una sucesión de revelaciones que dejan claro que mientras el país pasaba por una de las peores olas de la pandemia, los sacrificios que se exigían a la población eran observados con mucho mayor laxitud —por decirlo suavemente— en Downing Street, la residencia del primer ministro.

El primer ministro Boris Johnson se halla a un paso del abismo tras conocerse que las fiestas y reuniones sociales, siempre regadas con alcohol, no pararon en Downing Street ni siquiera en los momentos más lúgubres de la covid.

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Una semana devastadora para Boris Johnson lo ha dejado contra las cuerdas, incluso en sus propias filas.

Si los últimos meses de 2021 ya habían sido complicados para él, con escándalos por corrupción y desgobierno, ha sido el llamado partygate (el escándalo de las fiestas) lo que amenaza con derribar un gobierno.

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Esto es lo que sabemos sobre las fiestas que ahora tienen a Boris Johnson haciendo de todo, menos celebrar.

¿Cuántas fiestas se realizaron y en qué fechas?

El 15 de mayo de 2020, se celebro una de las primeras fiestas en la sede del ejecutivo británico. Una foto publicada por la prensa muestra al primer ministro, a su esposa Carrie (entonces su prometida) y a colaboradores del gobierno tomando queso y vino en el jardín de Downing Street.

El país estaba en pleno primer confinamiento y los encuentros sociales estaban prohibidos, pero Johnson aseguró que se trataba de "gente en el trabajo, hablando del trabajo".

Cinco días después, un centenar de personas son invitadas, en un correo electrónico enviado por el secretario privado del primer ministro, Martin Reynolds, a "disfrutar del buen tiempo" tomando unas copas "con distancia social" en los jardines de la residencia oficial.

Entonces, los británicos sólo podían ver legalmente a una única persona, al aire libre y en un lugar público. Se dice que hubo unos 40 asistentes, entre ellas Boris Johnson y Carrie.

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En noviembre de 2020, aunque Reino Unido vivía un segundo confinamiento, se celebraron dos reuniones en Downing Street. La primera fue una fiesta con colaboradores en la residencia oficial de Johnson. El dirigente asegura que "las normas se cumplieron en todo momento".

La segunda fue el 27 de noviembre. Se trató de una fiesta de despedida para una empleada de Downing Street, durante la cual el primer ministro pronunció un discurso, de acuerdo con testigos citados por la prensa. El encuentro habría reunido a unas 50 personas en una sala.

Durante diciembre de 2020, a pesar de que el país atravesaba uno de los peores picos de contagios gracias a la variante alpha del Covid, se celebraron fiestas en el Ministerio de Educación, el Ministerio de Transporte, la sede del partido Conservador —al que pertenece Johnson— y, claro, Downing Street.

Las fiestas “inapropiadas” continuaron en 2021. El personal de la oficina del primer ministro británico, Boris Johnson, tomó copas de despedida en honor a dos trabajadores en pleno confinamiento y en la víspera del funeral del príncipe Felipe, indicó el jueves The Telegraph.

Asesores y funcionarios se reunieron en dos eventos separados después de trabajar el 16 de abril de 2021, para despedir al director de comunicaciones, James Slack, y a un fotógrafo personal del primer ministro conservador, señaló el periódico.

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Según afirmaron testigos al Telegraph, en ambos eventos se bebió alcohol de forma abundante y algunos invitados llegaron a bailar hasta bien entrada la noche.

En una imagen que quedará grabada como símbolo del rigor de los confinamientos en el Reino Unido, al día siguiente se vio a la reina, de riguroso luto, sentada totalmente sola en la capilla del castillo de Windsor durante el funeral del príncipe Felipe, con quien estuvo casada siete décadas.

Después de esta publicación, Downing Street emitió un comunicado para disculparse con la reina Isabel II.

La última gota en el vaso de Johnson fue los llamados “vinos del viernes”. El sábado, el diario The Mirror publicó un reportaje donde afirmó que cada viernes los empleados de Downing Street concluían su semana laboral con unas botellas de vino. Les llamaban "los vinos del viernes", el "Wine-time fridays", en inglés. Una "tradición" antigua, que se mantuvo pese al confinamiento.

El diario agrega que el primer ministro estaba al corriente de estos brindis. "Pensar que no lo sabía no tiene ningún sentido", dijo una fuente al Mirror.

Disculpas poco convincentes

Tras días intentando eludir el escándalo, el miércoles Johnson expresó sus "sinceras disculpas" a los millones de británicos que respetaron el confinamiento incluso a costa de no poder despedirse de sus familiares fallecidos por el coronavirus.

En medio de una inmensa expectación, el controvertido líder conservador se defendió en el Parlamento explicando que "los jardines son una extensión de la oficina, que ha estado en constante uso debido al papel del aire fresco para frenar el virus”.

"Y cuando fui a las seis de la tarde del 20 de mayo de 2020 para encontrar a grupos de empleados antes de regresar a mi oficina 25 minutos después, para seguir trabajando, creía implícitamente que se trataba de un evento laboral", aseguró.

Sin embargo, y frente al escándalo provocado por esta última revelación en una larga serie de presuntas infracciones, reconoció que "debería haber mandado a todo el mundo de vuelta al interior”.

Johnson "toma ahora a los británico por idiotas pretendiendo que 'no sabía que era una fiesta'", reaccionó Hannah Brady, portavoz de una asociación de familiares de muertos por el COVID-19.

Dominic Cummings, antiguo asesor del primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró este lunes que el jefe de Gobierno mintió al Parlamento sobre las fiestas en Downing Street durante la pandemia y permitió al menos una de ellas pese a advertencias de que iba contra las normas.

El ex asesor relata este lunes en su blog personal que él y al menos otro miembro del equipo advirtieron al jefe de Gobierno de que el encuentro "con bebidas" convocado ese día iba "contra las normas" y "no debía ocurrir".

El ex asesor indica que una de las advertencias se hizo por escrito y quedó constancia en un correo electrónico.

Disgusto en la oposición y con los

tories

Está previsto que la alta funcionaria Sue Gray entregue eu informe sobre la investigación interna que está realizando acerca de la cultura fiestera que imperaba en el complejo gubernamental.

Los miembros del Ejecutivo se aferran a ese informe, lo que ha permitido a Johnson ganar tiempo. Gray tiene fama de ser una investigadora dura e insobornable, pero cualquier conclusión que no apunte con el dedo al primer ministro podría servirle para difuminar responsabilidades.

La Policía ha dicho que tampoco indagará si se han cometido delitos hasta que no tenga el resultado de esa investigación, aunque la oposición no tiene dudas de que se violado la ley.

El líder laborista, Keir Starmer —que exhibe sus credenciales como ex director de la Fiscalía para resaltar su autoridad en la materia—, reiteró el domingo que a su juicio las "fiestas a escala industrial" en Downing Street infringieron las normas vigentes contra el Covid-19.

"Creo que la gente ya se ha formado una idea. Los hechos hablan por sí mismos. Creo que el primer ministro infringió la ley y después mintió sobre lo que había sucedido", dijo en la BBC el laborista, a quien los sondeos otorgan ya una amplia ventaja sobre Johnson en unas supuestas elecciones generales.

La mayor amenaza para el primer ministro no viene desde la oposición, minoritaria en la Cámara Baja, sino desde los propios diputados tories, que este fin de semana han tenido que lidiar con las quejas de sus electores y que ven en peligro sus escaños.

El llamado Comité 1922, que agrupa a los diputados conservadores sin cartera, puede lanzar una moción de censura contra Johnson si recibe 54 cartas en las que éstos manifiesten la decisión de retirar la confianza a Johnson.

Hasta el momento se desconoce cuántas misivas ha recibido el presidente de ese comité, Graham Brady —el Times especula que podrían ser hasta 35—, aunque solo seis parlamentarios han pedido públicamente su renuncia

"Operación Carne Roja": el contraataque de Johnson

Ante la tormenta que enfrenta, Johnson ya prepara una remodelación en profundidad de su equipo acompañada por una batería de medidas populistas, que ha sido bautizada como "Operación Carne Roja".

Estas políticas van desde levantar restricciones contra el Covid-19 hasta recurrir a la marina para impedir la migración clandestina.

"Si hay algo en lo que ha destacado a lo largo de su carrera política, es esencialmente en la supervivencia", dice a la AFP Robin Pettitt, especialista en política británica.

"Debería estar acabado, pero no es un político normal", agrega.

El político que hizo de la lucha contra la inmigración su caballo de batalla tras el Brexit, está pensando en recurrir a la Royal Navy para detener el flujo de migrantes que intentan llegar a Inglaterra de forma clandestina cruzando el Canal de la Macha. Estos últimos serían enviados a países como Ruanda y Ghana para procesar sus casos, según The Times.

Otro tema que ha causado indignación, incluso entre celebridades como el actor Hugh Grant, que temen por la supervivencia de la BBC, es la posible supresión en 2027 del impuesto que financia la actividad de la radiotelevisión pública, a la que el gobierno acusa regularmente de parcialidad.

De momento, la ministra de Cultura, Nadine Dorries, anunció el lunes la congelación de dicho canon durante dos años y un aumento durante los cuatro siguientes limitado a la inflación.

En un contexto de inflación galopante en la actualidad, esto debería permitir que se aceptase un polémico aumento de las cotizaciones sociales.

En cuanto a las restricciones contra el coronavirus que siguen vigentes, como el teletrabajo y el uso de mascarillas en interiores, consideradas liberticidas por una parte de sus seguidores, se levantarían el 26 de enero.

En opinión de Pettitt, "si los diputados obtuvieran muchas de las medidas que reclaman (...) aún podrían mantener (a Johnson) en el poder", al menos hasta la próxima gran prueba que constituyen las elecciones municipales de principios de mayo.

Pero si no logra aplicar estas medidas, "ahí es donde el proyecto podría fracasar", advierte.

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Para aliviar la presión sobre el primer ministro, se habría pedido además, según el Sunday Times, la renuncia de un grupo de colaboradores, incluido el secretario privado que envió un centenar de invitaciones a la fiesta del 20 de mayo de 2020, en otra operación bautizada "Save Big Dog" (salvar al perro grande).

Del mismo modo, el líder conservador habría pedido a sus partidarios que alaben sus logros, como la realización de un brexit estancado hasta su llegada al poder y la exitosa campaña de vacunación masiva contra el coronavirus.

Pero según Pettitt, "todo eso forma parte del pasado" y a menos que se obtengan nuevos logros "el crédito de los éxitos pasados empezará a desvanecerse".

Con información de AFP y EFE

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