También hay un malentendido de que la inteligencia del mercado y del consumidor es simplemente salir a revisar tiendas y hacer preguntas en grupos de enfoque. En realidad, es un proceso más amplio, detallado y complejo que requiere un nivel de profesionalismo tan riguroso como el de la investigación científica. Los costos de investigación, que pueden ser considerables, reflejan la profundidad y valor de estos estudios. Por esta razón, invertir en análisis e inteligencia del consumidor profesional es esencial y puede ser lo que distinga el éxito del fracaso en el mundo empresarial.
Un gran número de empresas cometen el error de lanzarse al mercado sin una sólida base de información, pensando que pueden "inventar datos", copiarlos de Google, o llegar a conclusiones sin necesidad de un análisis profundo. Esta aproximación puede resultar costosa a largo plazo, precipitando una salida del mercado, o un costoso período de aprendizaje.
En la actualidad, el rigor cuantitativo está ganando terreno en la inteligencia del consumidor. La abundancia de datos disponibles facilita la realización de análisis más precisos y fiables. Aunque los aspectos cualitativos mantienen su importancia, su relevancia se ve gradualmente eclipsada por la fuerza de los datos duros y masivos.
La verdadera interrogante es si conviene recortar gastos en la obtención de conocimientos especializados. Realizar proyectos de inteligencia del consumidor puede ser la mejor estrategia para un negocio, ya que permite fundamentar las decisiones estratégicas en datos sólidos, no en simples corazonadas o suposiciones soportadas por internet.
La inteligencia del consumidor es clave para un negocio o marca por varias razones
Utiliza metodologías variadas y precisas: Existe un amplísimo rango de técnicas para recoger, analizar datos y predecir información, incluyendo encuestas y entrevistas dirigidas, la inteligencia artificial y los algoritmos de machine learning, y hasta análisis de sentimientos.
Complejidad y especialización: Diseñar y ejecutar un análisis del mercado y del consumidor requiere de habilidades específicas en estadística, programación, matemáticas y análisis de datos, no necesariamente en marketing o psicología.
Inversión con retorno: El costo de estos estudios varía, pero la inversión vale por el resultado que aportan a la empresa y porque reducen las costosas curvas de aprendizaje, y en casos externos, la salida del mercado.
Precisión de datos: Posiblemente, las investigaciones de mercado antiguas se basaban en supuestos y opiniones. Sin embargo, hoy hay una preferencia por métodos cuantitativos para asegurar datos precisos y fiables.
Impacto estratégico en la empresa: La información recabada es crucial para desarrollar estrategias de marketing y de targeting efectivas.
La inteligencia del consumidor moderna
Hoy en día, con la innovación tecnológica y la abundancia de datos, la inteligencia del consumidor ha evolucionado hacia enfoques más dinámicos y personalizados. Por ejemplo, con el uso de algoritmos de machine learning para afinar estrategias de mercado y mejorar la experiencia del cliente. Un caso paradigmático de esta evolución es la estrategia empleada por Netflix, el gigante del streaming, que ha revolucionado la manera en que interactúa con su audiencia.
Netflix integra algoritmos de segmentación en su motor de recomendaciones, logrando una personalización sin precedentes en la experiencia de visualización de sus usuarios.