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OPINIÓN: Cofece arriesga su credibilidad frente a las empresas

El organismo lanza un zarpazo a las empresas en México y acusa al mercado de no ser competitivo, pero no presenta pruebas contundentes ni una metodología propia, comenta Iván Franco.
mar 16 octubre 2018 11:32 AM

Nota del editor: Iván Franco es fundador y director de la consultora de inteligencia competitiva Triplethree International. Las opiniones en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

(Expansión) - La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) publicó hace unos días el paper académico Poder de Mercado y Bienestar Social. De inmediato los usuarios de redes sociales y algunos conocedores festejaron el hallazgo, pero no entendieron su trasfondo.

La especificación en el modelo de regresión del estudio resulta una joya -recopilada por un economista mexicano que labora fuera del país- y es digna de un reconocimiento dentro de las aulas; sin embargo, el estudio tiene poca aplicación en la práctica debido a las fallas metodológicas y conceptuales que muestra y que generan conclusiones “facilonas”.

Es un hecho que en México existen monopolios y oligopolios donde las empresas participantes fijan precios libremente al extraer rentas de los consumidores. En eso estamos de acuerdo.

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Entonces ¿por qué refutar un hallazgo académico que parece importante en apariencia? Porque no todo lo que brilla es oro y la manera de investigar las prácticas anticompetitivas de las empresas en México debe ser más aterrizada; Cofece tiene mucho que mejorar.

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La Comisión arriesga su credibilidad ante las empresas mexicanas cuando utiliza documentos académicos poco aterrizados que no aportan practicidad a la investigación del comportamiento de los mercados locales.

A continuación presento las fallas metodológicas y conceptuales del estudio que, desde mi perspectiva, invalidan su utilidad:

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Las bases de datos

El paper busca demostrar la pérdida de bienestar de los consumidores en función del nivel de competencia de los mercados, por ello evalúa el sobreprecio que pagan las personas precisamente por la falta de competencia. El problema es que el autor no utiliza bases de datos de precios para demostrarlo, lo cual es como querer preparar un plato de fresas con crema con arándanos y mantequilla.

El documento utiliza como insumo los datos que publica Inegi en las series del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC); sin embargo, estas bases no representan precios de ninguna manera. Para quien lo dude puede consultarlo con el Instituto.

Además retoma los censos económicos del 2014 para estimar los costos que enfrentan las empresas. Lo cierto es que no se puede tratar igual a los 5 millones de negocios que operan en México. Su escala de producción y vocación hacen imposible ajustar un modelo lineal equitativo.

Lee: Cofece critica la "ley compadre"

Agregación de las categorías

El documento ignora la importancia y la heterogeneidad que puede haber entre miles de productos dentro de una sola categoría, ya que Cofece analiza únicamente 13 grandes clases. Por ejemplo, agrupa a todos los productos lácteos y a todos los medicamentos. Para un brand manager o un revenue manager de alguna empresa de consumo esto no tiene absolutamente ningún sentido.

En las conclusiones se señala que el sobreprecio que los consumidores pagan por los productos lácteos es en promedio 95.43% mayor. ¿A qué productos lácteos se refiere? ¿Hay algún ejemplo?

Además establece que las empresas implantan los sobreprecios. ¿A qué empresas se refiere: a los productores, distribuidores, al canal moderno, al tradicional, al omnicanal?

Lee: La Cofece niega compra de Soriana a QRD Realstate

Estimación de los coeficientes

El modelo de regresión que utiliza el autor es técnicamente elegante, aunque resulta inútil ajustarlo a datos tan variantes donde los precios tienen múltiples dimensiones, como son subproductos, presentaciones, empaques, marcas, calidades, tiendas, banners, entre otras.

El resultado termina con estimadores ineficientes. Siguiendo con el ejemplo de los medicamentos, el documento argumenta que estos solo registran un sobreprecio de 4.36% por razones de competencia. ¿De verdad? ¿Cuáles medicamentos?

La variación en precio de cientos de medicamentos bioequivalentes (genéricos) llega a ser hasta 1,000% superior, claro que no por razones de poder de mercado, sino porque los laboratorios utilizan su reputación para discriminar precios a lo largo de la curva de demanda. Todo en un contexto de libre competencia, donde México tiene potencial en este mercado con alrededor de 250 laboratorios. Pregunten a Cofepris, quien ha realizado un gran trabajo.

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Finalmente el documento de investigación hace diversas citas a un texto elaborado por el próximo secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien dio la impresión de querer “curarse en salud”. Aunque ese es otro tema.

Lo preocupante es que Cofece lanza un zarpazo a las empresas en México y acusa al mercado de no ser competitivo, pero no presenta pruebas contundentes ni una metodología propia, sistemática, consistente y aterrizada que avale sus críticas.

Cofece tiene mucho camino por recorrer, así como cosas por mejorar. Es bien sabido que no cuenta con una metodología propia para analizar de oficio las prácticas anticompetitivas previstas en la ley de competencia económica.

Lee: El Buró de Crédito, al banquillo de la Cofece

Lo anterior es fundamental como medio de identificación temprana y de prevención de prácticas anticompetitivas. De lo contario la Comisión depende únicamente de las solicitudes por parte de las empresas que utilizan el programa de inmunidad, es decir, espera que la empresa A acuse a la empresa B por generar rentas. Complejo, ¿no?

Si Cofece desea detectar oportunamente las prácticas anticompetitivas en los mercados mexicanos su metodología debe abocarse más al campo que a la academia por el bien de la competencia y de los consumidores.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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