En particular, me parece que para México hay dos grandes lecciones. La primera de ellas es que la pandemia le dio un fuerte empujón para aprovechar y diseñar esquemas más flexibles de trabajo. El 94% de las organizaciones está dispuesta a ofrecer más opciones de trabajo remoto a raíz de la pandemia y el 89% dice que quisiera acelerar la digitalización para sus procesos de trabajo.
Sin embargo, como lo propone el estudio del IMCO Trabajar sin dejar de vivir: mejores prácticas de integración vida-trabajo en México, para que esta tendencia sea exitosa a largo plazo es necesario desarrollar una cultura orientada a resultados, con métricas adecuadas. De esa manera, los trabajadores no sentirían la presión de trabajar sin parar (con todos los problemas que eso genera) y los empleadores podrían medir y comparar la productividad de sus colaboradores.
Además, considerando que la segunda fase de la NOM-035-STPS-2018 entró en vigor el 23 de octubre, es importante que las organizaciones aprovechen los resultados de sus evaluaciones de riesgos psicosociales para flexibilizar las condiciones de aquellos empleos que no se pueden ejecutar vía remota, de forma que se reduzca el estrés. Algunos días libres, jornadas más cortas o determinados apoyos podrían hacer una diferencia para esos trabajadores que también enfrentan un contexto personal complicado.
La segunda lección relevante es que los mexicanos necesitamos fortalecer nuestras herramientas para competir en el futuro. Dentro de las aptitudes que tienen mayor demanda dentro de una organización se encuentran la solución de problemas complejos, el pensamiento crítico, la inteligencia emocional, la creatividad y la resiliencia.
OPINIÓN: La equidad de género post pandemia, ¿hacia dónde vamos?
Este es un llamado claro para México. Algunos trabajadores tendrán la oportunidad de desarrollar estas habilidades ya grandes. Sin embargo, es fundamental pensar en las nuevas generaciones de talento. La base de estas capacidades se empieza a construir desde la primera infancia . Por ello, los estudiantes requieren de educación de calidad desde los primeros años de vida.