La salida de entre 150 y 200 personas del órgano regulador la semana pasada solo confirmó que tanto la nueva administración como quienes lideran las decisiones dentro de la CRE viven un divorcio total con las ideas del personal que trabajaba en el regulador desde hacía años. Y ha acrecentado la incertidumbre sobre el porvenir de esta dependencia que llegó a tener casi 1,000 empleados, y que quizá ahora ronde entre los 200 a 400.
“Si tuvieran que irse los 200 o 400 que quedan para transformar a la CRE, que así se haga”, dice un funcionario de alto rango de la Comisión, que habló bajo condición de anonimato, porque no tiene autorización para hablar en nombre de la dependencia.
Las diferencias entre el personal de la CRE y los comisionados, que encabezan el órgano de toma de decisiones finales del regulador, ha sido patente desde los convulsos cambios que vivió la organización a lo largo de la primera mitad de 2019 . El escenario entonces llevó a la salida de casi todos sus miembros en medio de una confrontación pública y tensa entre López Obrador y el ex comisionado presidente de la CRE, Guillermo García Alcocer, que también se saldó con la salida de cientos de colaboradores del regulador.
El diálogo con los comisionados tras la entrada del comisionado presidente Leopoldo Melchi García ha sido casi inexistente , algo que no sucedía al menos desde la reestructura de la Comisión con la reforma energética, coinciden cuatro extrabajadores del ente que salieron tras este último recorte, y que hablaron bajo condición de anonimato.
“Había una desconfianza hacia nosotros, una paranoia sobre nuestro trabajo”, dice una de las fuentes consultadas.
Esta falta de comunicación era patente también para los nuevos comisionados que solo recibían informes a través de la secretaría general de la CRE, mientras que la desconfianza era mutua hacia el trabajo que realizaban varias de las áreas de la comisión.
“La manera en que estaba organizada la CRE era para que firmáramos lo que de las privadas viniera. Pero eso se va a transformar”, dice el alto directivo.
La Comisión no contestó a solicitudes de información sobre los despidos. Los comisionados aún no han sido informados de los detalles de este movimiento, pero conocían y concordaban en que había que realizar recortes, dice la fuente de alto nivel.
La CRE, un órgano pensado para minimizar el impacto de un cambio de gobierno al otorgar ciclos transexenales entre los comisionados, tendía a ver importantes salidas de su personal con la entrada de un nuevo gobierno, matiza Eduardo Prud’homme, quien laboró en el ente por 15 años.
“No es nuevo esto pero ahora es dramático. Lo que está ocurriendo es tremendo porque antes la intención no era desaparecer a la CRE sino tener a su gente de confianza. Pero no había una intención de desmantelarla, algo que se ve ahora”, considera el exfuncionario.
El personal entrevistado coincide en que, tras los cambios y recortes del año pasado, sus tareas se había visto mermadas en materia de vigilancia y regulación, debido a que no se les tomaba en cuenta para ciertas decisiones que estaba tomando el Pleno de la Comisión.