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¿El desarrollo de China se debe al Partido Comunista? Esto dice la historia

El presidente Xi Jinping asegura que su país se ha convertido en "una sociedad moderadamente prospera" gracias a la labor de 100 años de la única formación política legal en el gigante asiático.
jue 01 julio 2021 02:31 PM

Una bandera surca el cielo de Beijing, adornada con la hoz y el martillo. El símbolo no puede ser más claro: el Partido Comunista, que conmemora sus primeros 100 años, quiere seguir al frente de China.

"El pueblo chino se ha levantado" y su ascenso, después de más de un siglo de subdesarrollo e invasiones es "irreversible". Con este tono patriótico, el presidente de China, Xi Jinping, dio un discurso para la celebración del centenario del Partido Comunista Chino.

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Xi aseguró que China, que se ha convertido en la segunda economía más grande del mundo, no se dejará "oprimir" por los demás países, como en la época del colonialismo occidental o del invasión japonesa, de 1931 a 1945.

Xi Jinping celebra el avance "irreversible" de China en centenario del Partido Comunista

Esto es lo que nos dice la historia sobre el Partido Comunista de China (PPCh).

El mito de la bonanza económica

El presidente chino, uno de los más poderosos líderes de su país desde Mao Zedong, aprovechó la ocasión para declarar que el país ha logrado convertirse en "una sociedad moderadamente próspera a todos los niveles", el principal objetivo fijado en 2012 para el centenario del partido.

"Esto significa que hemos logrado una resolución histórica al problema de la pobreza extrema en China, y ahora avanzamos con paso decidido hacia el objetivo del segundo centenario: convertir a China en un gran país socialista y moderno en todos los niveles", dijo Xi.

El segundo centenario al que se refirió Xi es el de la fundación de la República Popular China, que ocurrió en 1949.

"Es gracias al partido si tenemos una sociedad como esta y si (el país) ha podido desarrollarse rápidamente. Tenemos que darle las gracias", comentó a AFP Li Luhao, un estudiante de 19 años.

Desde hace 72 años, el PPCh ha gobernado de manera ininterrumpida, aunque esa prosperidad de la que ahora presume el presidente no fue la regla en la mayor parte del último siglo.

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"El PCCh tiene poco qué celebrar en términos de lo que ha hecho por China. Su principal logro es haber sido capaz de manejarse para sobrevivir y permanecer en el poder por tanto tiempo", de acuerdo con Chongyi Feng, profesor asociado en estudios chinos de la Universidad de Tecnología de Sidney.

El académico chino aseguró que la industrialización y la urbanización de China habían avanzado mucho antes de la llegada del PPCh al poder, en 1949, pues a pesar de las guerras y las invasiones, las ciudades ya contaban con infraestructuras, transporte, comercio, industrias y finanzas modernas.

Además los ciudadanos chinos, incluidos los campesinos, disfrutaban de plenos derechos de propiedad bajo un moderno sistema legal que había sido creado por el gobierno de la República de China, fundada en 1912.

"Estos logros fueron destruidos por el PCCh", dijo Feng. "Desperdició oportunidades de crecimiento económico durante tres décadas pérdidas antes de devolver a China a una economía de semimercado en la década de 1980".

Con un crecimiento exponencial en los últimos 40 años, el PCCh puede estar orgulloso de haber sacado al país del subdesarrollo. Aunque lo cierto es que muchas políticas comunistas, como el Gran Salto Adelante (1958) y la Revolución Cultural (1966) —que no figuran en los temas abordados en el aniversario del partido— condenaron a millones de personas a la pobreza.

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"De acuerdo con diferentes medidas de pobreza que ahora usa el Banco Mundial, todavía hay potencialmente cientos de millones de chinos que vives por debajo del umbral de pobreza", afirmó el profesor de la Universidad de Tecnología de Sidney.

Con autoelogios, el Partido Comunista de Chino cumple 100 años

Una gran celebración

Una gran celebración

Para este centenario, las autoridades chinas, expertas en el manejo de las muchedumbres, han ideado una puesta en escena a lo grande.
HECTOR RETAMAL/AFP
China no será oprimida nunca más

China no será oprimida nunca más

El presidente Xi Jinping, con un discurso de claros tintes patrióticos, recalca que China, convertida en una gran potencia, no se dejará nunca más "oprimir" por los demás países, como en la época del colonialismo occidental o de la invasión japonesa (1931-1945).
NOEL CELIS/AFP
Origen clandestino

Origen clandestino

El centenario de la fundación del Partido Comunista Chino es para el régimen chino una ocasión para exhibir sus logros, desde su fundación clandestina en julio de 1921 en Shanghai en la exconcesión francesa.
NOEL CELIS/AFP
En rojo

En rojo

La plaza Tiananmen y sus 440,000 m2 está atravesada por una inmensa alfombra roja, sobre la cual avanzan con paso marcial militares de las tres armas, impecablemente alineados.
NOEL CELIS/AFP
Super pot

Super potencia

EL Partido Comunista Chino presume haber sacado al país del subdesarrollo y llevarlo al estatus de superpotencia.
NOEL CELIS/AFP
Revolución marxista

Revolución marxista

La Revolución Rusa, de corte socialista, había triunfado poco menos de cuatro años ates. Eso le había dado un gran impulso al marxismo y contagió a los entusiastas jóvenes chinos de principios del siglo XX.
NOEL CELIS/AFP
Máxima seguridad

Máxima seguridad

Las celebraciones del centenario del partido único de China se realizan en medio de un estricto procolo de seguridad.
ALY SONG/REUTERS
La hoz y el martillo

La hoz y el martillo

Una bandera surca el cielo de Beijing, ornada con la hoz y el martillo. Al iniciarse un desfile aéreo, el símbolo no puede ser más claro: el Partido Comunista, que conmemora su centenario, quiere seguir guiando los destinos de China.
NOEL CELIS/AFP
El heredero de Mao

El heredero de Mao

Situándose como heredero de Mao, el actual líder chino Xi Jinping se apoya en esta figura tutelar, aún reverenciada por buena parte de los chinos, para asentar así su autoridad.
TINGSHU WANG/REUTERS
Tragedias en silencio

Tragedias en silencio

Para su celebración, China calló sobre las decenas de millones de víctimas de las inciertas políticas del fundador del régimen (Gran Salto Adelante, Revolución cultural) o las víctimas de la represión de las manifestaciones prodemocracia de 1989 en esta misma plaza Tiananmen.
ALY SONG/REUTERS
¿China aún es comunista?

¿China aún es comunista?

Xi Jinping asegura que el marxismo sigue siendo la brújula del país, pese a las radicales reformas llevadas a cabo en los últimos 40 años gracias a la economía de mercado.
ALY SONG/REUTERS
Una buena época para ser chino

Una buena época para ser chino

Un joven de 25 años, que rehúsa decir su nombre, se declara entusiasmado con la ceremonia, sobre todo al ser miembro del Partido desde hace solamente un año. "Estoy orgulloso de haber nacido en nuestra época", dice a la AFP.
STR/AFP

Los dirigentes chinos se enfrentan ahora a varios riesgos que les pueden impedir llegar a su siguiente objetivo, como la desaceleración económica mundial, los desafíos climáticos y al envejecimiento de su población.

En este contexto, los líderes del partido único buscar seguir erigiéndose como el único futuro posible para China.

El PCCh "busca vincular su supervivencia a la de China y del pueblo chino", afirmó en entrevista con AFP, Wu Qiang, ex profesor de ciencias políticas de la Universidad Tsinghua de Beijing, destituido en 2015 tras apoyar la protesta en Hong Kong.

Entrevista al Partido Comunista: ¿Por qué la gente se afilia al partido en China?

¿Cómo surgió el Partido Comunista de China?

El Partido Comunista de China surgió en secreto el 13 de julio de 1921, cuando 12 delegados de un pequeño grupo de estudio de jóvenes se reunieron en Shanghái —entonces bajo control francés— para su primer congreso nacional.

La Revolución Rusa, de corte socialista, había triunfado poco menos de cuatro años antes, en 1917. Eso le había dado un gran impulso al marxismo y contagió a los entusiastas jóvenes chinos.

Los grupos de estudio chinos surgieron de las protestas antiimperialistas y nacionalistas del 4 de mayo de 1919 que se habían fusionado con un movimiento social y cultural más amplio, indica Andrea Janku, académica del departamento de Historia de la Escuela de Historia, Religiones y Filosofías de la Universidad de Londres, SOAS, en un artículo para The Conversation UK.

"En un entorno intelectual intensamente internacional, los jóvenes estudiantes buscaban un cambio radical y encontraron inspiración en una rango de nuevas ideologías, desde el liberalismo, el humanitarismo y el individualismo hasta el anarquismo, el feminismo y el socialismo", escribió Janku.

Años después, el líder comunista Mao Zedong decidiría que la celebración del aniversario se fijaría el 1 de julio, fecha oficial desde 1941.

En 1934, para escapar de la purga comunista llevada a cabo por los nacionalistas del Kuomintang, Mao y el entonces llamado Ejército Rojo emprenden la Larga Marcha, 12,500 kilómetros, en buena parte a pie, hasta Yan'an, la que será una de las históricas bases comunistas.

Yan'an no tenía viviendas suficientes para los todavía miles de comunistas que llegaron a sus áridas estepas, por lo que éstos excavaron cuevas en la tierra amarilla, al modo de los tradicionales "yaodongs" de la región.

Desde allí, urdieron la guerra de guerrillas contra el Kuomintang y la invasión japonesa (1937-45), formaron intensamente a cuadros y soldados y se ganaron un cada vez mayor apoyo campesino, lo que acabó por cambiar las tornas de los más de 20 años de intermitente contienda civil, después de ganar la que ambos bandos libraron provisionalmente unidos contra los nipones.

"El PCCh aprendió que para que una fuerza política tenga éxito tiene que ganarse el corazón de la gente", aseguró a la agencia EFE Xue Lin, profesor de historia en la Academia de Liderazgo Ejecutivo de Yan’an.

"Aprendimos también que prolongar el conflicto es clave, defenderse bien e intentar expandirlo. Esa fue la estrategia del PCCh, ganar tiempo, construir buenas defensas, le llamamos la 'guerra persistente'", añadió.

¿En qué consiste el acuerdo preliminar entre China y EU?

La opacidad: la principal característica del Partido Comunista Chino

El Partido Comunista Chino (PCCh) permanece fiel a sus raíces marxistas-leninistas y su funcionamiento interno huye de las miradas, aún cuando tiene el monopolio del poder y el debate público en China.

"La más grande sociedad secreta del mundo", como lo calificó el experto en asuntos de China, Jean-Pierre Cabestan, vive en simbiosis en el Estado chino.

En esas condiciones resulta difícil evaluar su influencia sobre el país separadamente del de la administración, porque muchos edificios púbicos albergan órganos del Estado y del partido, y muchos funcionarios son al mismo tiempo dirigentes del PCCh.

El partido reivindica 92 millones de miembros, pero la lista de integrantes no se conoce. Ocasionalmente se levanta el velo de misterio, como en 2018 cuando la prensa oficial reveló que Jack Ma, el multimillonario más famoso de China, era miembro del PCC.

La organización es "apenas" el segundo mayor partido político del mundo, detrás del BJP del primer ministro indio, Narendra Modi, con 180 millones de miembros.

El presupuesto del PCC no es público. El partido tiene recursos propios, como las cuotas de sus miembros que aportan entre 0.5% y 2% de sus ingresos.

En 2016, un diario oficial citó la cifra de 7,080 millones de yuanes (920 millones de euros o 1,104 millones de dólares al cambio actual) como el total de ingresos por cuotas el año precedente.

Dividido por el número de afiliados, significa un aporte de 80 yuanes (10 euros, 12 dólares) por persona cada año.

Su patrimonio también es oscuro, pero el partido está al frente de un imperio financiero y administra empresas, como hoteles y fábricas, explicó a AFP Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad Bautista de Hong Kong.

En cuanto al salario de sus dirigentes, la opacidad es total, incluso cuando los dirigentes del partido están en principio alineados con la planilla de la función pública. Muchos de ellos tienen ventajas adicionales como vivienda, vehículo y servicio doméstico, que no aparecen en los salarios base.

La cuestión de la fortuna de los altos responsables chinos es un tema aún más sensible, y los medios extranjeros que en 2012 se arriesgaron a abordarlo fueron sancionados por el régimen.

Los grandes encuentros públicos del partido, como son el Congreso quinquenal, se cierran sistemáticamente con la adopción de decisiones casi unánimes. Pero en las altas esferas, las reuniones del Comité Central, de 200 miembros, y el Buró Político, 25 miembros, se celebran a puerta cerrada.

La televisión pública se limita a retransmitir los monólogos del secretario general, Xi Jinping. Los debates, si los hay, no son públicos, como tampoco los resultados de las eventuales votaciones.

Los momentos que han marcado la historia del Partido Comunista de China

"Los 100 años de historia del PCCh están llenos de ambigüedades y contradicciones, esperanza y alegría, sufrimiento y desesperación", escribió Janku.

Después de la larga marcha, en 1937, los nacionalistas y los comunistas chinos dejaron de lado su diferencias y se aliaron para hacer frente a los japoneses, que desde 1931 habían invadido China.

La guerra civil se reactivó en 1945, tan pronto como Japón fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial. La victoria llegó para los comunistas en 1949. El 1 de octubre de ese año, desde la puerta de Tiananmen, en el centro de Beijing, Mao Zedong proclamó la República Popular China.

El parlamento chino aplaude la reforma que ofrece mandato ilimitado a Xi Jinping

Entre 1958 y 1961 Mao inició una campaña de industrialización conocida como el Gran Salto Adelante, en la que los campesinos chinos fueron obligados a desatender sus ocupaciones y a fundir acero de manera precaria. Poco del acero obtenido contaba con la calidad necesaria para su uso.

El fundido de las herramientas de trabajo del campo y la exageración del volumen de las cosechas realmente obtenidas para alcanzar cuotas irreales, resultaron en una hambruna que acabó con la vida de unos 30 millones de chinos.

Cuestionado por sus políticas, Mao buscó afianzar su poder y lanzó la Revolución Cultural (1966), en la que millones de guardias rojos que juraron fidelidad al presidente destruyeron todo símbolo que consideraban burgués o antiguo, además de acabar con la vida de muchos de los dueños de esos símbolos. El líder chino se deshizo entonces de rivales políticos.

El 9 de septiembre de 1976 murió Mao y se cargó la responsabilidad de la Revolución Cultural sobre su última esposa, Jiang Qing, y otros tres socios, conocidos como la Banda de los Cuatro.

Después de sobrevivir a varias purgas políticas, Deng Xiaoping se hizo con el poder en China, aunque como líder en la sombra, en 1977.

Deng inició la Reforma y Apertura de China al mundo, una serie de políticas que sentarían las bases para el exponencial crecimiento económico en las décadas posteriores que, no obstante, también abrieron la puerta a la corrupción.

Uno de los capítulos más oscuros de la historia del comunismo en China llegó el 4 de junio de 1989. El ala dura del PCCh se impuso en un pugna interna y recurrió al Ejército para poner fin por la fuerza a varias semanas de multitudinarias manifestaciones en contra de la corrupción y una mayor apertura política lideradas por universitarios de Beijing.

La represión en la plaza de Tiananmen, en Beijing, pero también en otras ciudades, dejó un número indeterminado de muertos, en su mayoría, manifestantes.

En 1992, tras unos años de ostracismo internacional a consecuencia de la matanza de Tiananmen, Deng viajó a las provincias del sur del país y planteó una serie de políticas que revitalizarían la economía.

Deng murió en febrero de 1997, pocos meses antes de la entrega de la soberanía de Hong Hong de Reino Unido a China. Para entonces, Jiang Zemin llevaba varios años al timón de la secretaría general y la presidencia de China, aunque a la sombra del "pequeño Timonel".

La entrada de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC), en 2001, le sirvió como trampolín económico. Solo nueve años después, superó a su antiguo rival, Japón, como la segunda mayor economía del mundo.

Xi Jinping sucedió en 2013 a Hu Jintao —en el poder desde 2002—como presidente del país e inició una potente campaña anticorrupción que, según sus críticos, se centró en la eliminación de rivales políticos.

De la relativa mayor apertura de Hu, China pasó a un mayor autoritarismo.

La mayor muestra de esta subida autoritaria es la polémica ley de seguridad para Hong Kong, que entró en vigor en junio de 2020. La legislación fue una respuestas a las protestas prodemocracia en la isla, y ha servido para desmantelar, en los meses subsiguientes, el movimiento prodemocrático en la ciudad semiautónoma.

El gobierno de Xi también ha reprimido a la minoría musulmana uigur, a la que ha encarcelado en centros de reeducación y contra la cual ha cometido varios delitos. Esto ya le ha costado sanciones de Estados Unidos, Canadá y Europa.

Con información de AFP, EFE y Reuters

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