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¿Donald Trump hará fracasar la cumbre del G7?

El presidente de Estados Unidos llega este fin de semana a Biarritz, donde sus aliados esperan otra de sus rabietas.
vie 23 agosto 2019 11:53 AM
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La actitud de Trump es la promesa cumplida para sus votantes, quienes creen que los amigos de Estados Unidos se han estado aprovechando de su poder desde hace mucho tiempo.

(CNN)- La cuestión que más nubla la cumbre del G7 que se llevará a cabo este fin de semana en Francia es si el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la hará fracasar .

Esto sirve para darnos una idea de la brecha que separa a Estados Unidos de sus aliados y de que Trump ha impuesto su carácter disruptivo en el mundo al grado de que, en Biarritz, todos esperan una erupción presidencial.

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Dado que Trump ha mostrado una conducta descarada y errática en días recientes, no puede descartarse la idea de que podría repetir el berrinche de la pasada cumbre del G7 en Canadá , de la que se retiró pronto. Después de todo, acaba de cancelar una visita de Estado a Dinamarca porque se negaron a hablar de la venta de Groenlandia .

Trump suele repartir cizaña al otro lado del Atlántico: critica a los líderes extranjeros que han dedicado los pasados dos años y medio a tratar, usualmente sin éxito, a encontrar la forma de lidiar con él. Su conducta es la promesa cumplida para sus votantes, quienes creen que los amigos de Estados Unidos se han estado aprovechando de su poder y de sus garantías de seguridad desde hace mucho.

En julio, por ejemplo, arremetió contra la "insensatez" del presidente de Francia , Emannuel Macron, por el impuesto a los servicios digitales que afectó a empresas estadounidenses y juró que impondría aranceles al vino francés.

Anticipándose a los problemas que Trump podría causar, Macron optó por no emitir el comunicado usual al finalizar la cumbre con la intención de no centrar la atención de los desacuerdos que seguramente cundirán en el centro vacacional francés.

El G7, un grupo de democracias ricas que comprende a Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos, Italia, Japón y Canadá, es exactamente la clase de reunión globalizada que Trump y sus partidarios aborrecen y es, en sí, casi un mentís a su filosofía de "Estados Unidos es primero".

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Trump prefiere las reuniones bilaterales, en las que puede presionar con la superioridad del poder de Estados Unidos, y cree que la soberanía nacional, no la cooperación multilateral, es la base de las relaciones internacionales.

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Es más: los cambios marcados que Trump ha hecho en la política exterior estadounidense han abierto grandes brechas con Europa en cuanto al cambio climático, Irán, el comercio y la salida de Reino Unido de la Unión Europea, temas que preocupan a los otros líderes.

Lee: Así se beneficia la economía de Irán con la guerra comercial de EU y China

"Creo que lo que estamos viendo es la institucionalización de Estados Unidos por su lado. Creo que esta semana veremos al presidente Macron en Francia tratando de dirigir a los seis de forma contundente", dijo Esther Conley, del Center for Strategic and International Studies, durante una teleconferencia previa a la cumbre.

"Los otros países están tratando de descubrir quién asumirá la responsabilidad y si pueden aguantar hasta que Estados Unidos vuelva a asumir la posición de liderazgo —si es que lo hace— o si van a tener que sobrevivir en estas seis dinámicas sin Estados Unidos".

El espectáculo de Trump enemistándose con los líderes extranjeros — inmortalizado en una fotografía icónica de la cumbre del G7 en Quebec, el año pasado — horroriza a sus detractores y al aparato diplomático estadounidense.

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Esta es justamente la razón por la que a Trump podría parecerle que le beneficiaría políticamente ser el excéntrico descontento en una reunión que algunos analistas empezaron a llamar el G7 menos uno.

Trump presumirá la solidez de la economía estadounidense

Pese a todo, hay varias razones por las que Trump podría sentir que esta cumbre es más disfrutable y útil que la mayoría de sus viajes al exterior.

Para empezar, podrá presumir, ya que los vientos del declive económico están empezando a soplar por Europa , que está en mucho peor estado que la economía estadounidense pese a los temores de recesión.

"Vamos a ver al presidente [Trump] insistir en la agenda proempleos y procrecimiento y en lo que ha hecho a través de reformas fiscales históricas, desregulación, políticas para inversión, la priorización de la energía y el comercio justo y recíproco", dijo un alto funcionario de la administración Trump el jueves, 22 de agosto. "Hemos visto tasas de crecimiento que no creíamos posibles hace unos años. Además, pueden compararlo con lo que está pasando en Europa, en donde el crecimiento está estancado".

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Trump tiene un gran interés político en ayudar a Europa a aliviarse de este mal económico porque se teme que podría llevar a la economía estadounidense —su posible pasaporte al segundo mandato— a su primer declive desde la Gran Recesión.

El problema es que, para muchos líderes europeos, Trump, su guerra comercial con China y su imposición de aranceles son uno de los factores que agravan sus problemas, así que podría ser difícil llegar a un acuerdo respecto a las medidas a tomar.

Trump también ha amenazado con dividir al grupo con sus llamados a volver a admitir a Rusia , país al que expulsaron del grupo por haberse anexado Crimea en 2014.

Un alto funcionario estadounidense señaló, a finales de agosto, que Trump y Macron habían acordado invitar a Vladimir Putin a la cumbre que se celebrará en Estados Unidos el año próximo. Sin embargo, Macron dijo que sería un "error estratégico" volver a aceptar a Rusia si no se arregla primero la cuestión de Ucrania. Reino Unido y Alemania también manifestaron sus reservas.

Cuando Trump sea anfitrión de la cumbre del año próximo —probablemente en alguno de sus centros vacacionales en Estados Unidos— tendrá más espacio para definir la lista de invitados.

"Sabemos que a Trump no le gustan las instituciones internacionales, así que ¿cancelará la cumbre del G7 del año próximo?", preguntó Nicholas Dungan, del Atlantic Council y de Sciences Po, una prestigiosa universidad francesa.

"No, no la va a cancelar. Al invitar a Putin, les picará los ojos a los otros miembros del G7, quienes tendrán que decidir si boicotearán la cumbre del G7 en Estados Unidos", predijo Dungan.

Otro punto de desacuerdo en Francia podría ser el cambio climático , al que Trump considera invento de los chinos. Trump provocó una fractura con Europa al retirarse del Acuerdo de París para el clima y no asistió a una reunión sobre el tema en la cumbre del G7 en Canadá.

El acto de equilibrismo de Johnson

Trump también podría irritar a líderes como Macron y la canciller de Alemania, Angela Merkel , con su apoyo al brexit y su franca hostilidad a la Unión Europea.

Trump celebrará su primera reunión con el nuevo primer ministro británico, Boris Johnson, a quien ha estado aguijoneando para que saque a Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo el 31 de octubre.

John Bolton, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, pasó hace poco por Londres y manifestó que Estados Unidos respalda firmemente el tratado comercial que Reino Unido necesitará hacer con Washington una vez que esté fuera de la Unión Europea.

Bolton declaró que él y Trump estaban "a favor de la salida antes de que hubiera gente a favor de la salida" y criticó a la dirigencia de la Unión Europea por su actitud hacia su pueblo.

"En la Unión Europea se estila que cuando la gente vota diferente a lo que las élites quieren, se obliga a los plebeyos a votar una y otra vez hasta que les sale bien", dijo.

Los líderes europeos temen que un brexit sin acuerdo o "brexit duro" y el caos que provocaría en los puertos y cruces fronterizos dañen sus economías, aunque no tanto como a la de Reino Unido.

También están desconcertados con la actitud de Trump ante el bloque, al que Estados Unidos había apoyado por ser el baluarte de la estabilidad después de la Segunda Guerra Mundial.

Trump hizo grandes aspavientos sobre su amistad con Johnson y hace poco lo llamó "el Trump británico". Hay algunas similitudes estilísticas entre ambos: su personalidad es arrolladora, aborrecen los detalles y suelen meter la pata con sus declaraciones. Sin embargo, la reunión con Trump pone a Johnson en una situación difícil, no solo porque Trump es impopular en Reino Unido.

Lee: ¿Boris Johnson es el Trump británico? Estas son sus diferencias

El primer ministro británico —sobre el que Trump tiene una influencia considerable porque Reino Unido necesita un acuerdo comercial— tiene que encontrar su lugar entre Estados Unidos y los líderes europeos y evitar alienar a Trump, quien tiene la mecha muy corta.

Aunque coinciden en cuanto al brexit, hay grandes diferencias entre Johnson y Trump en temas como el cambio climático y el tratado nuclear con Irán. La Casa Blanca de Trump ha intentado por todos los medios debilitar la influencia de Europa arrancando a Reino Unido de la Unión Europea.

Conley señaló que en Reino Unido hay poco respaldo del público a los "golpes de timón" respecto a Irán, China y el cambio climático. Johnson "ya está en modo de elecciones y también tiene que pensar en su público nacional, entonces creo que esto está un poco limitado".

Kylie Atwood, de CNN, contribuyó con este reportaje.

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