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El coronavirus en un entorno inestable: cinco historias desde América Latina

La región, que ya tenía problemas como crisis ecónomicas y protestas políticas, se enfrenta ahora una pandemia. Así lo viven en Dominicana, Bolivia, Colombia, Uruguay y Argentina.
jue 02 abril 2020 05:04 AM
Bolivia
En Bolivia, se ha declarado un toque de queda y una cuarentena parcial.

Durante 2019, América Latina fue noticia en todo el mundo principalmente por un tema. Desde México, con sus manifestaciones feministas, hasta Chile; con su reclamo de una mayor equidad económica, toda la región se sacudió con protestas contra las medidas de sus gobiernos.

Además, la crisis económica golpeó a dos de las principales economías latinoamericanas: México y Argentina. El subcontinente no necesitaba un problema más cuando la pandemia de coronavirus llegó.

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El Covid-19 aterrizó en Brasil el 26 de febrero, casi dos meses después de que se informara de los primeros casos en China. Desde entonces, se tiene registro de más de 20,000 contagios y más de 500 muertos en toda América Latina.

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Para frenar su avance, los países han establecido medidas de distintos tipos, como confinamientos obligatorios, distanciamentos sociales, toques de queda, cierres de fronteras y restricciones en la movilidad interna.

A continuación, te contamos cinco historias desde distintos puntos del continente.

Santo Domingo, República Dominicana: "El ambiente ya era super tenso"

Leomaris Reyes, una experta en informática que vive en Santo Domingo, estaba lista cuando el coronavirus llego a esta isla del Caribe. Desde hace un año trabaja de manera remota, por lo que cuando las autoridades del país sugirieron permanecer casa, tuvo que hacer pocos cambios en su rutina.

"Tenía que salir para juntas y eso sí se ha visto alterado", dice la joven, quien obtuvo el Microsoft MVP Award en 2019. Sin embargo, con la cancelación de estas citas también vino el fin de varios proyectos personales. Aunque la mayor parte de sus ingresos está aún seguro, eso no quita el golpe económico que vendrá con la pandemia.

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El coronavirus llegó a República Dominicana justo en un momento de agitación política. Las elecciones municipales del 16 de febrero habían resultado desastroso. Un grave fallo técnico provocó que los comicios fueran cancelados solo 4 horas después de la apertura de las urnas.

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Miles de personas, principalmente jóvenes, tomaron las calles de Santo Domingo. Con pancartas y vestidos de luto por lo que consideran el "quiebre de la democracia", los manifestantes se concentraron al final de la tarde rodeados por la policía.

"El ambiente era super tenso", recuerda Reyes.

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Las elecciones tuvieron que reprogramarse para un mes después, el 15 de marzo. Para entonces, el país ya tenía 11 casos confirmados de coronavirus. "Hasta antes de las elecciones, no había grandes anuncios", dice Reyes.

Las medidas implementadas por el gobierno de República Dominicana hicieron que las protestas de los jóvenes hayan ido en decremento.

Es que en el país, se han implementado toques de queda nocturnos, con solo excepciones para los trabajadores de la salud y del servicio eléctrico. Hasta el momento, el gobierno no ha anunciado si pospondrá las elecciones presidenciales programadas para el 17 de mayo.

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La Paz, Bolivia "El año pasado fue más estresante"

A Gustavo Lizárraga, un desarrollador web y profesor que vive en la capital de Bolivia, le dio más miedo el conflicto social desatado tras la renuncia del ex presidente Evo Morales que la pandemia.

"El año pasado tuvimos un conflicto más estresante, pero aún falta", asegura Lizárraga.

A finales de noviembre, el entonces presidente de Bolivia renunció al cargo después de semanas de protestas por su reelección, considerada fraudulenta, y por la presión del ejército. Días después, Jeanine Añez, una senadora de oposición, ocupó la presidencia del país. A partir de estos hechos, el país vive en tensión.

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Lizárraga cuenta que la crisis en Bolivia fue muy intensa de noviembre a diciembre, pero que a partir de enero, con un nuevo anuncio de elecciones, Bolivia había comenzado su recuperación.

"Que venga ahora una pandemia fue otro bajón y también creo que viene un contexto de crisis económica, porque en menos de un año tuvimos dos paros", dice el desarrollador.

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Relata que muchos de los problemas para implementar las medidas de restricción, como una cuarentena total, decretada el 22 de marzo, han tenido su origen en la división política que vive el país.

"Son ciertos sectores del área rural, más que todo, alejados de la ciudad, que son los que más apoyan a Evo Morales, entonces justamente son esas zonas las que no quieren acatar lo que el gobierno dice", comenta.

Aunque Bolivia aún tiene pocos contagios comparado con países como Brasil y Ecuador, cada día los nuevos casos aumentan, ante un gobierno que se admite rebasado por la pandemia. "Espero que la gente tome conciencia y tome las medidas necesarias de seguridad".

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Bogotá, Colombia "La gente más pobre seguía con sus actividades y es entendible"

Daniel Sánchez, un productor audiovisual que vive en Bogotá, Colombia, trabaja con equipos de toda América Latina, sin embargo ha tenido que acostumbrarse a trabajar lejos de su oficina desde hace unas semanas, cuando la emergencia sanitaria comenzó en el país.

El punto de quiebre en Colombia llegó con el anuncio de la alcaldesa Claudia López de que tomaría medidas para frenar la propagación del virus. Por ello, desde el 13 de marzo, varias empresas mudaron a sus trabajadores a sus casas.

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"Estoy cansado. Esta cuarentena me he mudado a trabajar remotamente y me está costando poder detenerme", cuenta Sánchez.

El productor, un mexicano que vive en la capital colombiana desde hace un año, recuerda que las alcaldías de todo el país fueron las que tomaron la delantera en las medidas de contención de la pandemia. Luego los siguió el presidente Iván Duque, quien decretó una cuarentena nacional a partir del 25 de marzo.

Bogotá, ciudad de origen de la plataforma de pedidos en línea Rappi, ha saturado el servicio. "El tiempo para entregar un pedido puede ir hasta 12 horas, al menos en un caso cercano, pera la realidad es que cuento lo que veo en los estratos de 4 a 6", dice el joven mexicano.

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La capital colombiana está divida en seis estratos. El 1 está integrado por zonas de servicios muy económicos porque la gente tiene bajos ingresos, mientras que el estrato 6 vive la población con mejores salarios.

"Hay estratos y barrios donde la gente siguió operando entre el 16 y el 20. La gente de los estratos de 1 a 3 seguía con sus actividades y es entendible. Algunos tienen deudas, otros viven lejos de sus centros de trabajo".

Al igual que otros países de la región, el alto número de personas en la economía informal hace casi imposible que en Colombia se pueda implementar una cuarentena global.

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Aunque extraña poder a salir a caminar, Sánchez dice que la situación le ha servido reconectar con México, después de un año y tres meses viviendo fuera del país. "Llevar esto lejos de mi familia ha sido algo que me preocupa. Mi madre es diabética y sé que de ella enfermarse, le pegaría muy duro".

A pesar de esta preocupación, niega que haya pensado volver a México por la emergencia. "Como ahora cotizo en Colombia si me enfermó en México no hay forma de que me atiendan más que el sector privado, y saldría caro".

Montevideo, Uruguay: "Se tiene que comunicar el afecto con palabras"

Los uruguayos están acostumbrados a mantener contacto todo el tiempo. Ya sea con un abrazo al saludar a sus seres queridos o compartir el mate entre los compañeros de trabajo. Así que aprender a tomar distancia ha sido uno de los retos que enfrentan con esta pandemia.

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"No nos acostumbramos a tanta frialdad", cuenta Dahiana, una internacionalista que ha decidido ponerse en aislamiento desde el 19 de marzo. Admite que no ha sido sencillo, pero que mucha gente lo hace porque ha tomado conciencia del otro.

"Se tiene que comunicar el afecto con palabras, a mí me cuesta bastante", dice la joven uruguaya, quien habla con su mamá, que vive en una ciudad del interior, y con sus amigas todo el día.

El gobierno de Uruguay no ha declarado una cuarentena obligatoria, pero ha exhortado a la población a quedarse en casa y minimizar la circulación en la vía pública.

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Dahiana, que trabaja para la oficina de consultora PWC en Montevideo, tuvo que diseñar un protocolo de trabajo para mudar las operaciones vía remota. El diseño tuvo que hacerse pocos días, ya que el número de contagios empezó a crecer rápidamente.

"Es la primera vez que trabajamos sin vernos, no habíamos hecho teletrabajo", dice. Además, ya tuvo que hacer su primera entrevista laboral vía online.

Sobre la reacción del gobierno de Luis Lacalle Pou, que comenzó su mandato apenas el 1 de marzo , admite que ni él ni la sociedad uruguaya estaban listos para enfrentar una situación así. "No prevenimos lo que podría pasar, nadie podía estar listo para algo así".

Buenos Aires, Argentina: "Hay que tomarlo con la mayor calma posible"

Daniela y Rodrigo son una pareja de actores y clowns que viven en Buenos Aires. Desde antes que el gobierno de Argentina implementara una cuerentena obligatoria, a partir del 20 de marzo, ellos decidieron quedarse en casa.

"Nosotros ya habíamos empezado la cuarentena preventiva, no porque estemos en el grupo de riesgo ni nada similar, ya habíamos reducido los lugares a los que salíamos, salíamos a comprar una vez al día o menos y solo uno salía", cuentan los dos.

Ambos tienen amigos que trabajan en los servicios médicos argentinos, por lo que ya sabían que en la situación en la que estaba el país, un aislamiento obligatorio iba a ser necesario para frenar los contagios.

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Ellos, como artistas escénicos, han visto que el principal impacto de esta cuarentena ha sido laboral. "Lo artístico una semana antes o dos semanas antes de la cuarentena ya se empezaron a suspender todos, o el 90% de los trabajos que vienen del ámbito de los eventos, funciones", dice Rodrigo.

"El rubro artístico es un trabajo que por excelencia requiere de la presencia física, es muy raro ver un taller de teatro online o una obra de teatro online, la gente está muy acostumbrada a ir a un show, a un teatro, a una plaza", dice Daniela.

La actriz, quien además da cursos de marketing en línea, explica que muchos de los trabajos artísticos se pagan "en negro" -de manera informal- por lo que el efecto ha sido inmediato.

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"El tema es tomarlo con la mayor calma posible, porque son días en lo que lo artístico está completamente parado y hay que prepararnos, desde lo físico y el entrenamiento, para cuando se reinicie el mercado laboral, estar con todas las pilas puestas para ver si se puede recuperar lo que no se hizo en este tiempo", dice Rodrigo.

El gobierno argentino ya prometió ayudas para los trabajadores para el sector informal, algo que da un poco de calma a la pareja de actores.

"Desesperarse ahora, que no llevamos apenas ni una semana de cuarentena, sería muy apresurado, aún queda un trecho largo para que finalice", dijo Rodrigo el 25 de marzo, días antes de que el gobierno de Alberto Fernández anunciara que la cuarentena se extendería hasta el 12 de abril.

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